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Ecopetrol y el Instituto Humboldt sellaron acuerdo por $ 900 millones de pesos para salvar a la iguana de su extinción.

El doctor, Óscar Alfredo Villadiego, ejecutivo de la Empresa Colombiana de Petróleos, vicepresidente de HSE (Health, Security and Enviromental), manifestó que Ecopetrol en asocio con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt firmaron un convenio de investigación por $ 900 millones de pesos denominado «La Iguana Vive», que pretende salvar a este reptil de su extinción mediante la generación de información que permita determinar el estado real de la especie en Colombia y desarrollar acciones que garanticen su sostenibilidad.

 
¿Por qué la iguana está amenazada?
La iguana iguana o iguana verde es una especie que está incluida en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, sus siglas en inglés) en el Apéndice II.

 

Esto implica que la intensidad de la caza como alimento y para comercializar sus huevos está poniendo en riesgo la supervivencia de la especie en el país, pues se las mata más rápidamente de lo que se reproducen.

Investigaciones del Instituto Humboldt demuestran que en el Cesar, la Guajira, y San Andrés la iguana se come entera.

 

Pero en Atlántico, Magdalena, Córdoba y Bolívar se consumen sus huevos y se desperdician la carne y la piel.

A los huevos se les atribuyen características afrodisíacas. En el Cesar y la Guajira se puede conseguir (en contra de las normas), el plato de iguana por 15.000 a 25.000 pesos. Pero lo preocupante es la venta de huevos porque las iguanas hembras son atrapadas y abiertas sin anestesia ni condiciones de salubridad medianamente adecuadas, por personas que las dejan abiertas en algunos casos.

 

Si tienen suerte, recibirán un par de rústicas puntadas que les permitirán sobrevivir por un tiempo, aunque sin posibilidad de reproducirse de nuevo.

 

La mayoría son dejadas a su suerte, infértiles y con infecciones, porque las rellenan con piedras y basura, de manera que no les quedan casi probabilidades de sobrevivir.

 

«Nuestros niños en muchas regiones de Colombia aprenden a desovar a las iguanas desde muy corta edad, pero rara vez se utilizan estos huevos para satisfacer a la población local: los mayores clientes de huevos y carne de iguana son los turistas. De ahí, que la responsabilidad de su conservación no solo es de los habitantes de las regiones, sino de quienes visitan estas comunidades en busca de un plato exótico para comer», dice Ana María Moncaleano, profesional ambiental de Ecopetrol, encargada del convenio Ecopetrol / Instituto Alexander Von Humboldt.

¿Qué tanto sabemos los colombianos de la iguana?
«En Colombia el conocimiento básico de las poblaciones de esta especie, así como los patrones de aprovechamiento por parte de las comunidades locales, es prácticamente nulo por lo que garantizar su manejo y conservación mediante programas de zoocría, como se ha hecho hasta el momento, resulta incierto.

 

En comportamiento y fisiología este reptil herbívoro tiene algo de camaleón. A lo largo de su vida muestra varios colores: verde de pequeña, gris de adulta y rosado-naranja (el macho) cuando está en su etapa de reproducción. Se diría que se sonroja para conseguir pareja. El macho también ostenta algo parecido a una aleta o papada que le cuelga y es cada vez más larga con la edad.

 

El aire de dinosaurio se lo da una fila de unas especies de crestas firmes que sobresalen de nuca a cola.

 

El animalito puede llegar a medir hasta casi 2 metros contando su cola, cuyas características especiales son, de un lado, unas franjas negras alternadas con su verde o gris y la autotomía que es la capacidad de poder desprenderla a voluntad en caso de encontrarse en peligro.

 

La idea es que le suelta un pedazo de su propio cuerpo a un enemigo para que se distraiga o lo engaña haciéndole creer que se trata de una serpiente. Una nueva cola le vuelve a crecer varios días después.

 

El Humboldt y Ecopetrol se dieron a la tarea de investigar durante 2 años la iguana (la de escama y hueso) en varias zonas del país, para generar información que fortalezca su conservación y uso sostenible. Empezando por las zonas petroleras.

 

Y mientras en la Costa Caribe hace parte de suculentos platos de Cuaresma por ser carne blanca y tener el infortunio de construir sus nidos y poner sus huevos entre febrero y marzo (lo cual integra automáticamente los huevos a los menús), en lugares como la Refinería de Ecopetrol en Barrancabermeja o los campos petroleros del Meta o Norte de Santander es algo así como un compañero de trabajo reputado y respetado.

 

«La iguana verde ha sido siempre un animal muy cercano a Ecopetrol. Lo encontramos en casi todas nuestras áreas operativas en campos de producción que tienen más de 60 años y que van desde Barrancabermeja, el Magdalena Medio hasta la Orinoquia y el Putumayo.

 

Desde que definimos que este animalito nos representaría hemos buscado la forma de trabajar para generar información que permita determinar el estado real de sus poblaciones y desarrollar acciones que garanticen su sostenibilidad. El proyecto Iguana Viva es la oportunidad que estábamos buscando», dijo el alto ejecutivo.

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