Alemania es uno de los mayores consumidores de carne. Sin embargo, más del 40% de los alemanes está reduciendo su consumo de carne, según información de medios.
Solo el año pasado la producción de carne de cerdo disminuyó en un 2% representado en 117 mil toneladas. Asimismo, las importaciones de cerdos cayeron en un 5% a 13,4 millones de cabezas. De otro lado, en el 2019 el país debatía una propuesta para aumentar el impuesto a la carne.
“En Alemania, este producto se grava con un 7% y la idea es poder elevarlo hasta el 19%”, informó el diario El País.
“Las razones para comenzar con el cambio varían. Sin embargo, una de las principales es el cuidado del medio ambiente y las preocupaciones por el cambio climático”, ejemplo digno que deberían seguir nuestros países.
Se recoge información en internet según la cual “ambientalistas sugieren que una reducción del consumo de carne y lácteos ayudarían al planeta. Por eso, han recibido muy bien este cambio en la ciudadanía”.
¿Cómo afecta el consumo de carne al cambio climático?
La carne industrial tiene un elevado costo ambiental. No solo acelera el cambio climático, sino también la pérdida de biodiversidad o la contaminación de ese recurso cada vez más escaso y preciado que es el agua. Además, el consumo desmesurado de carne también puede tener también graves efectos en nuestra salud.
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