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Don Rafael: Primer Alcalde Popular de B/bermeja – (Por: Pedro Severiche)

"La Patria de un hombre, es su infancia". A los jóvenes, que hay que prepararse mucho, a que se conviertan en ciudadanos del mundo, para luchar por Barrancabermeja.

Don Rafael: Primer Alcalde Popular de B/bermeja –   (Por: Pedro Severiche)
Don Rafael: Primer Alcalde Popular de B/bermeja

Se cumplen 33 años de haberse celebrado en Colombia la primera Elección Popular de Alcaldes (EPA), hecho que se dio en el gobierno del presidente Belisario Betancur, pero se implementó en el gobierno de Virgilio Barco, tras suscribir el Estado colombiano un acuerdo de paz con las FARC y en el que se contemplaba ese compromiso. 

En esas elecciones, don Rafael Antonio Fernández Fernández fue elegido como primer alcalde popular de Barrancabermeja para el periodo 1988 – 1990.    El periodo era solamente de dos años, pero hay que reconocer que, en tan poco tiempo, les rendía enormemente cumplir con muchas obras que se ejecutaban para el progreso de la ciudad.

Don Rafa, como cariñosamente lo llamaban los barranqueños, ya había ejercido como alcalde de la capital petrolera de Colombia mediante decreto del gobierno de Santander. Con su lema “Mis Palabras son los Hechos”   —eslogan que se buscó porque la oposición aseguraba que «no hablaba, era mudo»—   ganó las elecciones apoyado por las mayorías liberales del Frente de Izquierda Liberal Auténtico FILA, que orientaba entonces el fallecido ex ministro Horacio Serpa Uribe.

Ya de alcalde de Barrancabermeja, don Rafa revolucionó los programas de auto pavimentación, mejoró el sistema de acueducto local, estimuló la creación de los restaurantes escolares, dotación de salud y nombramiento de maestros, entre otros.

Rafael Fernández fue el responsable directo de la conformación del Frente Común por la Vida, la Paz y la Convivencia.     Posteriormente, después de haber ocupado el cargo de alcalde, fue concejal durante los años 1992 a 1993 y coordinador general en Barrancabermeja de la campaña Samper Presidente.

Don Rafa fue asesinado cuando asistía a un entierro (era una de sus costumbres) en el suroriente de la ciudad.   Lo asesinaron como asesinan los cobardes: por la espalda. Por eso, Don Rafa no puede responder esta entrevista.

Con toda gentileza y humidad su hijo, Álvaro Rafael ha aceptado contestar por su padre.

He querido, en primer término, que su hijo nos hable de él y posteriormente de su padre el ex alcalde, Rafael Fernández.

Háblenos de usted: Quién es, dónde nació, su vida en Barrancabermeja, su familia, su profesión, su vida en Bogotá, etc …

Nací en Barrancabermeja en Marzo de 1969, estudié en el colegio El Rosario hasta 3 de bachillerato y me gradué en el Seminario San Pedro Claver de Barrancabermeja en 1985. Soy abogado de la Universidad Sergio Arboleda y he alternado la abogacía con la política y el lobby empresarial.

Háblenos también de doña Rosalba, la lideresa del hogar de don Rafael Fernández.

Mi mamá es barranqueña. Ella fue funcionaria de Ecopetrol, lo que alternaba con sus funciones de ama de casa y una gran labor social que hicieron con mi padre en Barrancabermeja. Se pensionó y después de la muerte de mi padre se radicó en Bogotá, ciudad adónde actualmente reside.

¿Qué le decía su padre sobre Barrancabermeja?

Mi padre amaba Barrancabermeja. Creo que él pensaba Barrancabermeja era su lugar en el mundo.  Llegó muy joven, hizo la mayor parte de su carrera aquí, formó su hogar y recibió las mayores dignidades en nuestra querida ciudad, esto, por supuesto, combinado con la nostalgia que todos sentimos de nuestro lugar natal, es decir la costa Caribe.

¿Qué piensa usted del proceso de paz?

Yo apoyo el proceso de Paz.   Barrancabermeja sufrió los embates del conflicto y todo lo que se haga por la convivencia debe ser bienvenido. Eso sí, cumpliendo eficazmente las bases en las cuales se sustentó: La verdad y la reparación real a las víctimas. Es más, creo que el diseño y construcción de la sociedad anhelada pasa por esa verdad en todos los órdenes.   Es la posibilidad de recomenzar, que es algo que se le debe a las nuevas generaciones, por doloroso que sea para la nuestra.

¿Cómo muere su padre?

Fue asesinado por el ELN (Ejército de Liberación Nacional) el domingo 22 de agosto de 1993 en el Barrio el Campin.    Ese día Colombia jugaba con Paraguay en la eliminatoria en Asunción,    15 días antes del histórico 5-0 en Buenos Aires.

¿Hay una versión oficial de los hechos? …  ¿Hubo responsables, o hay impunidad?

Se lo adjudicó el ELN, creo recordar junto el asesinato del doctor Féisal Mustafá Barbosa. Tengo entendido que los autores materiales fueron capturados, juzgados y sentenciados.

¿Lugar, fecha de nacimiento y formación académica de su padre Rafael?

Mi papá nació el 5 de marzo de 1938 en San Andrés de Sotavento, en ese entonces departamento de Bolívar, después adscrito a Córdoba.   Estudió en el Colegio Simón Araujo en Sincelejo y fue formado en operación y administración de oleoductos en la Empresa Andian National Corporativo, subsidiaria de la EXXON.      Creo que esa formación incidió mucho en su actuar laboral y público: frugal,  basado en objetivos y con un enorme compromiso social.

¿Cuál fue el mejor ejemplo que le dejó a usted y a su familia?

Creo justamente eso, el entregarse a los demás. A pesar de las incomodidades y riesgos.

¿Cómo fue la época de don Rafael en la empresa ANDIAN?

Fueron muchos años, jefe de diferentes estaciones, jefe encargado de casi todas las áreas generales y llegó a ser Jefe de Operaciones del Oleoducto. Además, era la persona de confianza del gerente general de la empresa, su amigo Alfonso Montes.

¿Fue secuestrado él para esa época?

Si, fue secuestrado el 26 de septiembre de 1981 por las FARC en su finca Puerto Arturo en el río y liberado exactamente 4 meses después en el mismo sitio.

¿Cómo vivió la familia esa experiencia?

Fue una experiencia traumática y dramática en lo familiar, creo que las consecuencias de estos actos dejan huellas que a veces nos marcan hasta sin darnos cuenta. Y también fue una inflexión en la ciudad, o una primera campanada de alerta.   Sin embargo, a pesar de la lucha obrera Barrancabermeja era un pueblo idílico dónde se podía —citando al maestro Echandía—  «pescar de noche», con un gran ambiente fiestero y poca violencia.

Mi Papá interiorizó la circunstancia y a él después eso no lo afectó.   En palabras de su amigo el doctor Álvaro Díaz Jiménez, mi padre era la persona que sabía asumir las circunstancias, por difíciles que fueran.     Una cosa que recuerdo es que él decía que le respetaron la vida, gracias a qué su amigo el coronel Gustavo Monroy evitó una operación de rescate.   Monroy era el Comandante del Batallón Nueva Granada.

Su padre tuvo el privilegio de ser alcalde de Barrancabermeja, primero por decreto y luego por elección popular. ¿Cómo define esos dos momentos?

Por decreto se dio después de la elección del Presidente Barco, campaña en la que había trabajado fuertemente en la región junto al doctor Horacio Serpa.   El decreto fue firmado por el entonces gobernador de Santander, ingeniero Álvaro Beltrán, el secretario de Gobierno doctor Héctor Moreno Galvis y por quién sería su sucesor en la alcaldía de Barrancabermeja el Secretario departamental de Planeación, doctor Juan de Dios Alfonso García.

Respecto a su elección como Alcalde Popular, recuerdo que fue sumamente caballerosa, respetuosa de los diferentes matices, ideológica y como había dicho entre amigos. Después cuando lo acompañaba en otras elecciones me pareció observar que la polarización en Barrancabermeja crecía mucho.

Logros de la primera gestión de gobierno…

El logro fundamental fue esa transformación de la ciudad, me acuerdo de otros programas como el gas, y programas de salud dirigidos por los médicos Fernando Salgado y Carlos Martínez.

Logros de la segunda gestión como primer alcalde popular de Barrancabermeja. ¿Qué recuerda de esa elección?

A usted le consta Pedro, como miembro de ese gabinete que desde el primer momento imprimió una forma de gerencia privada, muy activa y con oficina de puertas abiertas a la comunidad.   Ambas administraciones quedaron en la retina pública como eficaces y dialogantes, se hicieron muchísimas obras, con un presupuesto que era más pequeño que los actuales.

Tuvo ayudas muy eficaces, del doctor Serpa que se asomaba al liderazgo nacional.  Y de los doctores Marco Tulio Restrepo y Víctor Bacca Soto,  gerentes del complejo industrial de Ecopetrol en Barrancabermeja.    Gracias a ese trabajo conjunto se crearon programas como autopavinentación y autoconstrucción liderados por el doctor Georgin Flórez, programas que le cambiaron la cara a la ciudad.

Su lema de campaña fue «Mis Palabras Son Los Hechos», ¿Por qué?

Las obras, reitero, fueran muchas y quedaron registros escritos de ellos. Algo de lo que se enorgullecía era haber tenido la oportunidad de formar tantos jóvenes profesionales que lo acompañaron en el gabinete y los cargos de dirección.

En las obras quisiera agregar algo de lo que fui testigo:   Al ver finalmente la Plaza de la Constitución como había quedado de bien, el doctor Serpa le dijo:   «Si hubiera sabido que iba a quedar así, lo hubiera convencido de que invitáramos al Presidente Barco a inaugurarla».   Esa obra fue construida por el posterior alcalde, arquitecto Edgar Cote. Mi mamá se lamenta mucho que la hayan descuidado tanto.

De otro lado, debo decirle, mi padre soñaba con el fin de la violencia, que le permitiera a la ciudad desarrollarse en otros campos. Que llegara un desarrollo grande y en paz.

¿Cómo fue la amistad de su padre con Horacio Serpa?

Fue una amistad fraternal.     El doctor Horacio Serpa fue abogado de la contraparte en un proceso de ANDIAN.     Y en la casa de Alfonso Montes  —en los años 60s—  el doctor Serpa terminó de amigo de mi papá y del «combo de los andieros»:   Carlos Daza, Joaquín Espinosa, Remberto Caro, Ramiro Cabarcas, Guillermo Lecompte y otros amigos como el ex alcalde Ulpiano Díaz y el comerciante Gonzalo Flórez.     Desde ahí todos, pero especialmente mi papá, se volvieron incondicionales de él.

¿Tenía el doctor Serpa en mente llevar a su padre a más altas posiciones del Estado?

Intentó sacarlo del país a un cargo diplomático cuando las amenazas.

¿Era tan estricto su padre que podía comenzar un consejo de gobierno con él solo y su secretaria para dar ejemplo de puntualidad a sus subalternos?

Puntual en extremo.   Y algo que me dijo nuestro amigo Jorge Núñez:   «Era obsesivo con el conocimiento del presupuesto y las normas».      Mire Pedro a pesar de él estar tan íntimamente ligado a Barrancabermeja, él observaba mucho. Me decía que inteligencias como la del propio Núñez, Jaime Vásquez o Enrique Ruiz eran para escenarios nacionales.

Su mensaje a la ciudad, ¿cuál es?

Primero de profundo cariño. Usted Pedro que es un lector e intelectual consumado recordara la cita: «La Patria de un hombre, es su infancia».     A los jóvenes, que hay que prepararse mucho, a que se conviertan en ciudadanos del mundo, para luchar por Barrancabermeja. 

A la clase dirigente pensar la ciudad, observando los grandes cambios que se vienen.

Una observación:   Mi padre junto a todo el Concejo 92-94, el alcalde de la época Elkin Bueno, el doctor Alberto Murcia, el congresista José Luis Mendoza y sobre todo los doctores Horacio Serpa y Rodolfo González lograron la sede de CORMAGDALENA para Barrancabermeja y eso en la práctica se perdió.

Yo creo que, en virtud del principio de desconcentración, la solución para la Barrancabermeja del siglo 21 es ser la sede nacional de Ecopetrol, la Empresa Colombiana de Petróleos y Nuevas Energías.    De hecho, el Magdalena Medio es una de las regiones de mayor luminosidad en el país, hablando de nuevas energías.

Si ya la USO tiene su casa en la ciudad que dio origen al sector, traer a Ecopetrol debe ser un propósito.   Mire Pedro,  la Sede de la EXXON —después de muchas décadas— la pasaron de Nueva York a Texas.

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Copyright © BARRANCABERMEJA VIRTUAL, marzo 15 de 2021.

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