“Como Pastor de la Iglesia Particular de Cúcuta quiero anunciar a los cuatro costados y agradecer al Señor que es justo y nos ha revelado que Dios es amor y vive en sí mismo el misterio personal de amor”. (Primer mensaje de Monseñor Jaime cuando fue nombrado como Obispo de Cúcuta. (Audio… emisora diocesana… Vox Dei)
Monseñor Jaime Prieto Amaya, llega a Cúcuta el 6 de febrero del 2009, nombrado por su santidad Benedicto XVI como VII obispo de esta diócesis.
Su sonrisa fue siempre el gesto amistoso – de un pastor – para acercarse a los fieles que lo esperaban con ansia.
Fueron 18 meses de arduo trabajo para conquistar el corazón de todos, quienes lo sintieron identificado en la opción preferencial por los pobres y el reconocimiento y defensa de los derechos humanos.
Posesión como Obispo de Cúcuta
El 7 de febrero del 2009, Monseñor Rubén Salazar Gómez, Obispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia fue quien lo posesionó en la Eucaristía Solemne en compañía del Señor Nuncio Apostólico Aldo Cavalli, los obispos de las provincias de Pamplona y Bucaramanga y con la presencia del Clero y feligreses venidos de distintos lugares.
Acentuó un trabajo pastoral articulado entre los entes gubernamentales, autoridades civiles y militares, los gremios y demás fuerzas vivas de la sociedad para caminar por un único sendero impulsando el desarrollo de las comunidades urbanas y rurales de la región.
Vio oportuno una reestructuración de la curia diocesana, articulando los organismos que la integraban. Amplió del Consejo de Gobierno con la participación de las vicarías territoriales creando, dos más a las 4 ya existentes.
Promovió la Pastoral de la Tierra, motivando al campesino por la importancia que significa su estatus en la dinámica del desarrollo de la región. Sus palabras y acciones dejaron una profunda enseñanza social.
Las familias
“El hogar de Nazaret sigue siendo un testimonio para sus vidas. Ámense crezcan íntegramente en la fe y el amor amen a sus hijos” (mensaje a las familias. Audio, emisora diocesana, Vox Dei).
Tierra y territorio reforma agraria
“Tenemos una tierra preciosa, ¿cómo no la vamos a utilizar?”.
El derecho fundamental es el derecho a la vida. “No podemos seguir pisoteando de múltiples formas el derecho la vida. La violencia es un tema que no puede seguir avanzando, para evitar que de pronto Cúcuta y el departamento vuelva a caer, como anteriormente, que acabó con el tejido social”.
Mensaje de Navidad
“Navidad es la fiesta de Dios y es la fiesta del hombre. Busquemos ese Niño en una casita hecha de tablas y envuelto en unos trapos, seguramente en una familia desplazada”.
El día de la mujer
“En la búsqueda de emancipación la mujer puede caer en la trampa de la sociedad de consumo».
El proyecto de la Iglesia no crea brechas inseparables ni antagónicas entre varón y mujer. los dos son corresponsables en la construcción del presente y futuro de la sociedad.
Una sola familia en frontera
Conformación del grupo motor binacional.
A finales del 2009, surge un Equipo Permanente, interdisciplinario de la zona de frontera de Colombia y Venezuela con el objetivo de realizar un análisis permanente de la situación de frontera con miras a encontrar caminos consecuentes para superar la crisis binacional. Este observatorio de paz promovió el diálogo y la búsqueda de respuestas ante los desafíos fronterizos.
Tras el fallecimiento de monseñor Gustavo Martínez Frías (29 de agosto del 2009), Monseñor Jaime es nombrado administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Nueva Pamplona en septiembre 6 del 2009
Su voz de pastor tuvo gran eco en la sociedad colombiana y se puede resumir en lo que reza su epitafio:
“Vivo por la vida,
Porque cada vida es irrepetible,
Cada persona es irremplazable,
Cada muerte es irreversible,
Proclamamos tu resurrección”.
MENSAJE FINAL DE AGRADECIMIENTO EN LA MISA DE EXEQUIAS DE MONSEÑOR JAIME PRIETO AMAYA
Este encuentro de fe con motivo de la pascua de nuestro Padre Obispo y Pastor Monseñor Jaime Prieto Amaya resulta especialmente conmovedor
Como los amigos de Lázaro en el Evangelio, nos acercamos a la realidad de la muerte donde Jesús está presente de una manera especial. Por eso la Diócesis entera se hace también presente con las delegaciones de todas las comunidades parroquiales para escuchar la palabra de consuelo y esperanza, sentir el calor de todos ustedes hermanos venidos de tantos lugares y expresar la fraternidad como verdadera familia de Dios.
Esta zona fronteriza está marcada por la cruz de Cristo que venció la muerte para adentrarnos en la realidad nueva de la vida divina. Y con esta Cruz signo triunfal manifestamos nuestro consuelo a la familia de Monseñor Jaime Prieto Amaya.
Compartimos esta pena, pero tenemos clara conciencia de transformarla en un acto de amor, de fe y de esperanza pascual
Agradecemos al Señor Nuncio apostólico Monseñor Aldo Cavalli pues se dignó estar hoy con nosotros. Al Señor Arzobispo Monseñor de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Monseñor Rubén Salazar, al Señor Arzobispo metropolitano Monseñor Luis Madrid Merlano, a los Señores Arzobispos y Obispos presentes, y a quienes han venido de otras diócesis para fraternizar en la fe este día que marca la historia de esta Iglesia particular.
Agradecemos también a los diáconos, religiosas y religiosos, seminaristas y seglares, en especial a los niños y jóvenes. Igualmente a todos que con gran sentido de pertenencia están siempre dispuestos con el corazón en la mano para sembrar el entusiasmo del Evangelio y las semillas del bien en todos los sectores parroquiales.
Agradecemos al Señor gobernador; a la Señora alcaldesa de Cúcuta y demás autoridades civiles y militares cuya presencia testimonia el interés por consolidar una sociedad inspirada en los valores que brotan de la fe y la esperanza enraizadas en el Evangelio.
Que El Señor retribuya todos los afanes de ustedes que, con sus esfuerzos, peregrinaron hasta este lugar para estar hoy con nosotros en la despedida de nuestro querido obispo.
Con ánimo apostólico, caminaremos animados por las enseñanzas de este apóstol de la paz. Monseñor Jaime Prieto nos mandó: “que nada se detenga; toda la acción evangelizadora debe seguir con la fuerza que le imprime una pastoral de conjunto y de renovación».
Y con esta esperanza sabemos que, en las manos del Padre Misericordioso, dueño de la vida y de la muerte, está nuestro destino. Míranos con bondad y gobierna nuestra diócesis con tu providencia, llena de sabiduría y amor.
Esta Catedral abre su suelo para guardar como un tesoro los despojos mortales de este Padre, Obispo y Pastor, Monseñor Jaime Prieto Amaya.
A quienes seguimos peregrinando como reza la oración “en este valle de lágrimas”, danos la esperanza de unirnos un día en la casa paterna donde Tu Hijo Jesús nos tiene preparado un lugar y la Virgen María nos guía hacia la comunión perfecta y eterna. Amén.
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RAFAEL CARDENAS, Presbítero, Sacerdote de la Diócesis de Cúcuta.
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