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Cecilia Orozco Tascón, periodista de El Espectador, entrevista al doctor Élmer Montaña, el nuevo abogado de Yidis Medina.

elmer(BARRANCABERMEJA VIRTUAL TRANSCRIBE EL TEXTO DE LA ENTREVISTA).
 
La periodista Cecilia Orozco Tascón, al servicio del periódico El Espectador, entrevistó al abogado Élmer Montaña, el nuevo profesional del derecho que asumirá la defensa de la ex congresista Yidis Medina, abogado contratado por la Fundación «Derecho de los Inocentes» que preside el ex diputado del Valle del Cauca, Sigifredo López, quien en un acto humanitario y de justicia con la ex presentante barranqueña decidió auspiciar su defensa en la absoluta convicción de que ella es inocente del delito de extorsión y secuestro por el que fue condenada a 32 años de prisión. LEA A CONTINUACION LA ENTREVISTA CON EL NUEVO ABOGADO DEFENSOR DE YIDIS MEDINA  …

 
C.O.T.-   ¿Por qué termina usted como defensor de Yidis Medina? 
 
E.M.G.- El día en que notificaron a Yidis de la condena de 32 años de cárcel que le impuso un juez de Bucaramanga por el secuestro de unos funcionarios del municipio de Barrancabermeja, ella dijo que le iba a pedir ayuda a la Fundación Defensa de Inocentes que fue una idea que empezamos a construir con Sigifredo cuando él estaba privado de la libertad. Como fue tan doloroso para él su caso, pensamos en que, terminado ese proceso, lo primero que había que hacer era ayudar a gente inocente. Y eso vamos a hacer. Creamos una organización para trabajar por personas que han sido injustamente tratadas por la justicia.
 
 
C.O.T.-   ¿Quiénes harán parte de esa fundación además de usted y Sigifredo?
 
E.M.G.- Se están vinculando otros abogados y voluntarios. Por el momento soy su director ejecutivo.
 
 
C.O.T.-   ¿Ha tenido eco la iniciativa?
 
E.M.G.- El mismo día en que quedó en libertad Sigifredo, habló en público del tema. A los pocos días nos llovían correos y tenemos más de cuarenta y cinco cartas con casos de de gente procesada y otras de  condenados. Muchos de ellos, con justa razón porque hemos revisado los expedientes y nos hemos dado cuenta de que no son condenas injustas. No nos vamos a dejar usar de personas que quieren jugar a hacerse las inocentes. En cuanto a Yidis, ella nos envió copia de la sentencia que profirió un juez de Bucaramanga. Vimos tantas coincidencias con el caso de Sigifredo que decidimos asumir su defensa de inmediato.  Le cuento, sinceramente, que cuando lei ese fallo contra ella quedé horrorizado.
 
 
C.O.T.-   ¿Por qué?
 
E.M.G.-  Por los disparates que escribe y por unas imprecisiones jurídicas que asustan. A Yidis Medina la condenan con fundamento en el testimonio de uno de los supuestos secuestrados por ella, que rindió siete años después de los hechos, y en medio del fragor de una campaña política en Santander. Quien la denuncia pertenecía al movimiento político del excongresista Luis Alberto Gil, condenado por la parapolítica y contra quien Yidis había hecho ataques durísimos.
 
 
C.O.T.-   ¿Implica que ese testimonio podría ser sesgado?
 
E.M.G.-  Claro, pero el juez no consideró el móvil político. Ricardo Sequeda la acusó de su secuestro en un programa de televisión local y después, otra vez, en el programa La Noche. A mí y a Sigifredo nos llama la atención la coincidencia en concederle entrevistas en ese segmento de televisión, a ese tipo de testigos. Sequeda se acuerda de repente de que Yidis Medina lo secuestró y cuando examinamos el testimonio, resulta que este señor declara tres o cuatro veces en el proceso y cada vez le aumenta algo más. Los otros “secuestrados” niegan que ella hubiera dado órdenes y contradicen las afirmaciones de quien mereció toda la credibilidad del juez sin que le merezca ninguna duda a este a pesar de las gruesas incongruencias que hay en esas afirmaciones. 
 
 
C.O.T.-   ¿Cómo cuáles?
 
E.M.G.- Por ejemplo, en la última declaración, Sequeda dijo que se le había olvidado que por él habían pedido un rescate de “cerca de $50 millones” y  que él había salido a buscarlos. Que se había reunido con varias personas a conseguir el dinero. Pero todas ellas los desmintieron y señalaron que esa reunión nunca tuvo lugar, entre ellos el ex concejal de Barrancabermeja, Gabriel Galvis Molina.
 
 
C.O.T.-    De sus respuestas parece deducirse que ciertos procesos – en este caso el de Sigifredo y el de Yidis – están contaminados por los contradictores políticos   ¿Lo interpreto bien?  
 
E.M.G.-    Por el momento se puede hablar de una gran fragilidad de la justicia. En el caso de Yidis Medina vemos una Fiscalía que se deja conducir por un testigo interesado, Ricardo Sequeda, y por su abogado. Entre ambos le van surtiendo pruebas a la Fiscalía y esta no somete esas pruebas a escrutinio, no analiza lo que el testigo afirma ni le preocupa cómo él va incrementando la gravedad de sus acusaciones sin confrontarlo. En el caso de Sigifredo también se nota una Fiscalía muy vulnerable por cuenta del afán, la incompetencia y la ausencia de serenidad de algunos funcionarios. Preocupante porque son de alto nivel.
 
 
C.O.T.-    Esta sería entonces, otra coincidencia en los casos Sigifredo y Yidis?
 
E.M.G.-    Sí.  En el caso de Sigifredo, no lo alcanzaron a llevar a juicio. En el de Yidis, la condenaron en primera instancia, entre otras cosas, porque hubo un manejo casi clandestino del proceso en Bucaramanga, ciudad de dominio de Luis Alberto Gil, el jefe político del testigo Sequeda. Las audiencias además no fueron públicas. Las hicieron prácticamente en el sótano del Palacio de Justicia sin ninguna publicidad y sin presencia de los medios. La justicia atropelló los derechos de Yidis Medina. 
 
 
C.O.T.-    ¿Cómo un juez, ante la fragilidad de una investigación como la que usted describe, procede a condenarla?
 
E.M.G.-   Es posible cuando se cae en prevaricato. La sentencia de Yidis Medina es, justamente, lo más cercano a un prevaricato que yo haya visto. Está configurado de una manera tan clara que no hay que leer mucho para darse cuenta del desprecio por el análisis del materia probatorio que tenía en sus manos. El texto del fallo es absurdo y desafía la lógica. No lo puedo calificar de otra manera.  El caso de Yidis es, si se quiere, peor que el de Sigifredo. 
 
 
C.O.T.-   ¿Va a apelar la decisión del juez ante el Tribunal Superior?
 
E.M.G.- Por supuesto. Estamos terminando de preparar el alegato de segunda instancia.  Tenemos la esperanza de que los magistrados se den cuenta de la calidad de juez que la condenó. 
 
 
C.O.T.-   ¿Conoce la hoja de vida del juez?
 
E.M.G.-   Tengo entendido que no es de carrera sino que tiene una trayectoria más bien política. Por ejemplo, ha sido Registrador y de Juez promiscuo saltó a ser Juez especializado en poco tiempo.   En la providencia se advierte que desconoce los conceptos mínimos del derecho penal; que no sabe construir una prueba indicial, no sabe referirse a ella en términos correctos y tampoco puede evaluar una prueba testimonial porque su análisis es muy precario. Su escrito resulta complicado de entender por contradictorio. Hasta adolece de sentido común.
 
 
C.O.T.-   ¿Va a presentar denuncia penal contra el juez?
 
E.M.G.-   Sí. Y vamos a presentar una queja disciplinaria ante el Consejo Superior de la Judicatura. La Rama Judicial tiene que afinar sus controles internos. Un abuso de esta naturaleza no puede quedar simplemente en la revocatoria de la decisión en contra de Yidis Medina. Tiene que haber consecuencias. De los casos de Sigifredo y Yidis debe desprenderse mínimo una lección: la de depurar y mejorar la administración de justicia.  No podemos, simplemente, voltear la página como si no nos importara que sigan los mismos funcionarios u otros iguales a ellos, deshonrando y desprestigiando la Justicia.
 
 
C..O.T-    Descríbame algunas de las coincidencias que dice encontrar entre los casos López y Medina en los procesos por secuestro.
 
E M.G.-    Primero: Sigifredo y Yidis son dirigentes políticos locales, destacados cada uno en su medio. 
 
Segundo:   El proceso de Yidis estaba inactivo hacía tiempo y resurgió después de 7 años con una acusación tardía de un presunto secuestrado, en un hecho en que ella misma fue secuestrada. A Sigifredo también se le abre investigación por ser el supuesto responsable de los secuestros de sus compañeros después de tres años largos de haber sido liberado, siendo él mismo uno de los secuestrados, y uno de los testimonios contra él fue reactivado después de estar olvidado en un expediente de Palmira durante varios años. 
 
Tercero:   A Yidis le inician este proceso en una coyuntura de la política nacional: cuando ella declara que vendió su voto para la reelección del expresidente Uribe. A Sigifredo le ocurre algo similar: el atentado contra Fernando Londoño y la posesión reciente de un nuevo Fiscal General.

 

Cuarto: los primeros testigos de cargo en ambos casos van al programa La Noche a dar sus declaraciones como primicia y de ahí parten los casos en relación con los medios. Todo lo anterior nos movió a asumir la defensa de Yidis Medina.

 

Ni reunión ni llanto / Una declaración de Gabriel Galvis Molina podría salvar a Yidis Medina.
 
Ricardo Sequeda, el testigo principal en el proceso por secuestro contra Yidis Medina y en el que ella fue condenada a 32 años de prisión, aseguró en una de sus declaraciones que cuando quedó en libertad, se dirigió a la casa del dirigente político de Barrancabermeja Gabriel Galvis quien se encontraba con otras personas. Este, al verlo, lo habría “abrazado” y ambos  habrían “llorado”, según el testimonio. Luego, ellos habrían intentado conseguir  50 millones de pesos que habían exigido por el rescate. Cuando Galvis fue interrogado sobre este episodio contestó: “el señor Sequeda jamás llegó a mi casa a absolutamente nada. Está mintiendo y no sé a dónde quiere llegar en un montaje a mi nombre”. El juez no tuvo en cuenta esta contradicción.
 
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Diálogo concedido por el abogado, Élmer Montaña,  ex fiscal con 14 años de experiencia y uno de los abogados de Sigifredo López y quien ahora es el apoderado de Yidis Medina para apelar la condena de 32 años que le impuso un juez en Bucaramanga.  La entrevista fue concedida a la periodista, Cecilia Orozco Tascón y publicada originalmente por el periódico El Espectador / Bogotá, Colombia /.
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