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Boina Verde reveló contratación de Duque y Guaidó para ejecutar Operación Gedeón contra Maduro

Operación Gedeón

Jordan Goudreau es un exmilitar estadounidense que se hizo conocido a nivel internacional por su papel en la «Operación Gedeón«, un intento fallido de derrocar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en mayo de 2020. Goudreau, un ex boina verde con experiencia en combate, fundó la empresa de seguridad privada Silvercorp USA, la cual estuvo involucrada en la planificación y ejecución de la fallida incursión.  

La «Operación Gedeón» y su fracaso

La «Operación Gedeón» fue una incursión armada en territorio venezolano con el objetivo de capturar o asesinar a Nicolás Maduro y provocar un levantamiento interno que facilitara un cambio de régimen. 

Sin embargo, el plan fue un absoluto desastre. Los mercenarios fueron interceptados por las fuerzas de seguridad venezolanas en las costas del país, y la mayoría fueron detenidos o abatidos. Entre los capturados se encontraban dos ex militares estadounidenses, lo que generó un escándalo internacional.  

Goudreau, desde Estados Unidos, reivindicó la operación a través de videos y entrevistas, asegurando que tenía un contrato firmado con la oposición venezolana, específicamente con asesores cercanos a Juan Guaidó

Sin embargo, el equipo de Guaidó negó su participación en el ataque, y la operación se convirtió en un bochorno mediático que dejó en evidencia las fracturas dentro de la oposición venezolana y los errores de cálculo de los organizadores.  

Las acusaciones contra Duque y Uribe 

En una entrevista con la emisora W Radio, Goudreau reveló detalles aún más polémicos sobre la operación. Afirmó que los expresidentes colombianos Iván Duque y Álvaro Uribe participaron en reuniones clave donde se discutió la incursión en Venezuela y, según él, ambos pidieron la salida de Nicolás Maduro como parte del plan. 

Estas declaraciones, de ser ciertas, implicarían la participación de figuras de alto nivel en un complot para derrocar violentamente a un gobierno extranjero.  

Colombia, bajo los gobiernos de Uribe y Duque, mantuvo una política de confrontación con el chavismo, apoyando abiertamente a la oposición venezolana y reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino. 

El llamado «cerco diplomático» buscaba aislar a Maduro y facilitar su salida del poder, pero la posibilidad de que altos funcionarios colombianos hayan respaldado un plan de asesinato va más allá de la diplomacia y entra en el terreno de la intervención armada y el terrorismo de Estado.  

Colombia como exportador de mercenarios

La activista de redes sociales Esperancita Uribe ha sido una voz crítica de las políticas de seguridad de los expresidentes Uribe y Duque. Según ella, lejos de fortalecer la estabilidad de Colombia, estas estrategias convirtieron al país en el mayor productor y exportador de cocaína, así como en un centro de entrenamiento y reclutamiento de mercenarios y sicarios.  

Uno de los ejemplos que refuerzan esta tesis es el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, en julio de 2021. En esa operación participaron varios ex militares colombianos, lo que dejó en evidencia cómo Colombia se había convertido en un proveedor de combatientes a sueldo para operaciones encubiertas en el extranjero.  

Además, la presencia de grupos paramilitares con experiencia en guerra irregular ha facilitado la proliferación de redes de mercenarios que ofrecen sus servicios al mejor postor. 

La vinculación de estos grupos con el narcotráfico y con operaciones de desestabilización en otros países refuerza la idea de que Colombia no solo exporta cocaína, sino también violencia política y militar.  

Implicaciones y consecuencias

Las declaraciones de Goudreau han reavivado el debate sobre la intervención extranjera en Venezuela y el papel de Colombia en estos intentos de cambio de régimen. 

Aunque hasta el momento no se han presentado pruebas contundentes que demuestren la participación directa de Uribe y Duque en la «Operación Gedeón«, las acusaciones generan serias dudas sobre el grado de involucramiento de Colombia en acciones encubiertas contra el gobierno venezolano.  

Si bien la administración de Duque negó cualquier vínculo con la incursión, la estrecha relación de su gobierno con la oposición venezolana y su alineamiento con la política de «máxima presión» de Estados Unidos contra Maduro han llevado a muchos analistas a preguntarse si hubo un respaldo clandestino a este tipo de operaciones.  

Por otro lado, las acusaciones de Esperancita Uribe sobre la militarización del narcotráfico y la exportación de mercenarios también abren una discusión más amplia sobre el impacto de la política de seguridad en Colombia
La participación de ex militares colombianos en conflictos extranjeros, ya sea en Medio Oriente o América Latina, pone en cuestión el control del Estado sobre sus fuerzas de seguridad y los efectos colaterales de años de conflicto interno. 

Un tema polémico y complejo 

El caso de Jordan Goudreau y la «Operación Gedeón» sigue siendo un tema polémico que expone la complejidad de la política regional y los riesgos de las estrategias de cambio de régimen por la fuerza. Las acusaciones contra Uribe y Duque, de ser comprobadas, podrían tener serias implicaciones diplomáticas y judiciales, pero hasta el momento siguen siendo declaraciones sin pruebas concretas.  

Lo que sí es innegable es que Colombia ha jugado un papel clave en los intentos por derrocar a Maduro, ya sea mediante el «cerco diplomático» o mediante operaciones encubiertas. La pregunta es hasta qué punto las autoridades colombianas han estado dispuestas a cruzar la línea entre la presión política y la intervención armada.


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