Claudia Patricia Andrade González, Barranqueña, Médica y Cirujana, egresada de la Universidad Libre Seccional Atlántico, Especialista en Gerencia de Instituciones de Seguridad Social en Salud de la Universidad Santo Tomás y Magister en Salud Pública de la Universidad de Chile.
Concejal de Barrancabermeja en el 2007, Subdirectora Científica, Subdirectora de Seguridad Social, Secretaria de Salud (E) en la Secretaria de Salud y Medio Ambiente, Subsecretaria de Despacho del Grupo de Salud Pública del Departamento de Santander.
-. La urgencia de constituir una administración honesta y eficiente, para liderar un ambicioso programa de cambio orientado, principalmente, a la atención de las necesidades de los ciudadanos
– . La urgencia de responder a procesos de modernización impulsados por el estado, que actualmente están en desarrollo, como la construcción de la doble calzada a Bucaramanga, la Gran Vía Yuma, el dragado del río Magdalena, entre otros proyectos, que señalan opciones nuevas para el desarrollo económico del puerto. Entender de qué manera podemos adecuar la ciudad a estos adelantos es una de nuestras obligaciones.
– . La urgencia de establecer mecanismos para el desarrollo económico que traigan consigo el empleo que los barranqueños necesitan.
– . La urgencia de ejecutar un plan de choque para generar, desde el poder local—con recursos arrebatados a la corrupción—, oportunidades de empleo transitorio para personas que lo requieren con apremio y que pueden ser ocupadas en la ejecución de tareas relacionadas con el ordenamiento integral de la ciudad.
-. La urgencia de mejorar la movilidad interna, mediante la construcción de un Sistema Estratégico de Transporte Público Distrital (SETPD), similar a los que existen en la mayoría de las capitales de algunos departamentos del país: no tenemos que llegar al caos total del transporte para adoptar una solución que conviene, de sobra, a una ciudad con más de 300 mil habitantes, que no cesa de crecer en virtud de la inmigración.
– . La urgencia de combatir gravísimos problemas ambientales que representan una amenaza para la salubridad pública, como la contaminación del acueducto por los lixiviados de un basurero adjudicado de manera sospechosa y la contaminación de la ciénaga Miramar, que constituye una vergüenza para los barranqueños y visitantes. De igual manera, la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR), para combatir la contaminación de las fuentes de agua que acaba con la pesca y amenaza la salud de comunidades rurales cercanas y lejanas.
– . La urgencia de llevar soluciones de salud, educativas, de empleo, deporte y recreación a los habitantes de los barrios de la ciudad, que son víctimas de una marginalidad inadmisible y vergonzosa: el petróleo tiene que dar, en primer lugar, para el bienestar de los propios barranqueños.
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