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Emeterio Rivas cumple 10 años de haber sido asesinado: Análisis del periodista Jorge Toloza.

Hace 10 años, (entre la noche del 6 y la madrugada del 7 de abril de 2003), apareció en cercanías de la carretera que de Barrancabermeja conduce hacia Bucaramanga, lo que ya muchos presagiaban: el cadáver del periodista y dirigente político, José Emeterio Rivas Rivas, quien alcanzó para esa época un gran nivel de influencia política y mediática en la región por cuenta de su programa radial “Las Fuerzas Vivas” que se transmitía por la emisora Calor Stereo.

 

Después de 10 años, el periodista Jorge Toloza Fuentes, en un especial periodístico para BARRANCABERMEJA VIRTUAL, presenta su percepción sobre las consecuencias de este lamentable hecho.

 

BARRANCABERMEJA VIRTUAL: ¿Qué lecciones dejó a Barrancabermeja la tragedia de Emeterio Rivas?

 

JORGE TOLOZA: No hay que perder de vista que para la ciudadanía de Barrancabermeja Emeterio Rivas tenía una doble connotación: La de un arriesgado periodista conductor de opinión y, de otra parte, la de político. Al analizar las consecuencias que para la ciudadanía haya tenido el tema de Emeterio Rivas tenemos que considerarla, por lo menos, desde esos dos aspectos.

 

Con excepción de unos pocos que lo conocimos desde mucho antes en su participación como ser político en esta ciudad, la percepción de la mayoría es que el paso de Emeterio por la política y por el periodismo fue breve pero muy intensa.

 

Como periodista a los habitantes de Barrancabermeja nos quedó la percepción de un hombre temerario y decidido que “les cantaba la tabla” a los políticos y funcionarios corruptos. Como político, recordamos su primera y única postulación como candidato al senado, en la cual obtuvo un muy apreciable caudal electoral, más de 8000 votos, que sin embargo no le alcanzaron para obtener una curul.

 

Sus seguidores no tuvieron la oportunidad de conocer al Emeterio “político-funcionario” pues su temprana muerte impidió que tuviesen cualquier certeza o frustración en ese aspecto; frente a sus dichos y propuestas solo les quedó la sensación de lo que pudo haber sido y no fue.

 

BV: Eso, en cuanto a la ciudadanía en general; ¿pero en particular para periodistas y políticos qué lecciones les dejó la muerte de Emeterio Rivas?

 

JT: Son varias las lecturas que se pueden hacer y que se han hecho sobre ese acontecimiento, pero en cuanto a los políticos me gustaría resaltar una lección no aprendida: que hacer negocios o pactos con personas u organizaciones al margen de la ley, a la postre, sólo deja muertos y presos.

 

Para el periodismo local diría que, de alguna forma, se ha reflejado en mayor seguridad. No creo que en Barrancabermeja haya algún político dispuesto a correr el riesgo y los costos de ser condenado por atentar contra la vida de un periodista.

 

Eso en gran parte se le debe al trabajo de varias ONG que estuvieron pendientes para que ese crimen no quedara impune, entre ellas al colectivo de abogados José Alvear Restrepo y organizaciones nacionales e internacionales de prensa.

 

BV: La gran pregunta sobre Emeterio Rivas es si la desilusión causada por lo que hizo y representó en los últimos años de su vida, generó en Barrancabermeja una especie de desinterés electoral a causa de la sensación de que «resultó peor la cura que la enfermedad», reforzando el deseo de los electores barranqueños por volver al pasado eligiendo como alcalde, (10 años después), al mismo Elkin Bueno, que salió por la puerta de atrás en el año 2000 del palacio municipal.

 

JT: Emeterio jugó un papel protagónico, de primera línea, en el proceso electoral que vivimos en Barrancabermeja en el año 2.000. Con sus intervenciones en el programa radial “Las Fuerzas Vivas”, que se emitía por la emisora Calor Estereo, logró contagiarnos al convencimiento de que Julio César Ardila Torres y su equipo serían la fórmula para terminar con los escandalosos actos de corrupción de las administraciones de Elkin Bueno Altahona.

 

Seguramente aún recordamos aquel estribillo del “jingle” con que se nos presentaba la campaña: “Julio César ya llegó, se acabó la corrupción”; y el gran desengaño fue que, la corrupción continuó y lo que acabó fue la vida de Emeterio.

 

Pero no fueron los únicos hechos que explican el regreso de Elkin Bueno. Vinieron luego más desengaños para la ciudad con las administraciones de Edgard Cote Gravino (el hombre maduro, serio, honesto y capaz) y Carlos Alberto Contreras López (el joven ungido, honrado, casi santo, quién nos convenció de que los recursos públicos eran sacros) que terminaron siendo dos grandes frustraciones por su escazas ejecutorias y tanto o más corruptas que las anteriores.

 

En materia de política, la gente ha perdido la confianza, se sienten traicionados, engañados; ya no creen en nada ni en nadie. Por eso en lugar de exponersen a la incertidumbre y la desazón del desengaño, optaron por la certeza de la rapacería. En otras palabras, que “Vale más Malo conocido que Bueno por conocer”.

 

BV: Algunos observadores atinan en afirmar que con Emeterio Rivas los políticos en Barrancabermeja aprendieron una lección y es que «se deben controlar todos los medios de comunicación»… La experiencia vivida con Emeterio en Calor Estéreo fue fatal … ¿usted qué piensa?

 

JT: Muy cierto. Eso es lo que hoy estamos viviendo. Desafortunadamente tenemos una prensa casi totalmente comprometida con el gobierno, dedicada a lavar la imagen de la administración municipal. Pero eso tiene su lado positivo y es que como la gente ya no cree en los medios de comunicación clásicos, se deciden cada vez más a buscar información en lo que nos queda: los medios de comunicación alternativos mediados por las llamadas TIC.

 

BV: Hay quienes piensan que en el fondo la vida de Emeterio es una radiografía de lo que en realidad representa un gran sector de la sociedad, que de labios para afuera predican una cosa pero que en el fondo son otra totalmente diferente… ¿usted qué opina?

 

JT: No me atrevo a asimilar a Emeterio como algún prototipo semejante, pero sí creo que hay mucha gente así; desafortunadamente más de lo que imaginamos.

 

Recordando los hechos, hace 10 años.

 

¿Quién era José Emeterio?

 

José Emeterio Rivas era un locutor reconocido en la región por su trabajo en la emisora ‘Calor Estéreo’ de Barrancabermeja. En la emisora venía haciendo fuertes críticas en contra de la alcaldía local, entre ellas algunas acciones del alcalde Julio César Ardila Torres que, presuntamente, favorecían los intereses del Bloque Central Bolívar.

 

Al momento de su muerte tenía 44 años, estaba casado y era padre de dos hijos.

 

 

¿Cómo sucedieron los hechos?

 

El 21 de enero de 2009, la Fiscalía General de la Nación informó que el ex alcalde de Barrancabermeja (Santander) Julio César Ardila Torres y dos personas más fueron encontradas culpables por el asesinato del periodista José Emeterio Rivas, ocurrido entre la noche del 6 de abril de 2003 y la madrugada del 7 de abril.

 

Según el fallo, los condenados fueron los autores intelectuales del homicidio. El ex alcalde Ardila fue condenado a 28 años y 8 meses prisión y obligado a pagar una suma de 1.192 millones de pesos (unos 530 mil dólares).

 

El fallo fue emitido por el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Bucaramanga, (Santander) que encontró a Ardila responsable de los delitos de homicidio agravado y concierto para delinquir.

 

El fiscal encargado del caso también halló culpables a Fabio Pajón Lizcano y Abelardo Rueda Tobón (ex funcionario de la administración de Ardila) quienes fueron condenados a 16 años y 8 meses por el delito de homicidio agravado. En la misma providencia fue absuelto Juan Pablo Ariza, también ex funcionario de la alcaldía.

 

El fallo estableció que los condenados ordenaron el crimen debido a las denuncias periodísticas que Emeterio Rivas había hecho acerca de acciones de la alcaldía que favorecían al Bloque Central Bolívar de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

 

Un periodista de la ciudad, que fue compañero de trabajo de Rivas, manifestó a la FLIP que la condena contra el ex alcalde no sorprendió a nadie en la ciudad: »Acá todo el mundo sabía que él (Ardila) había mandado matar a José Emeterio. Lo que nos sorprendió es que lo condenaran, pues se decía que iba a salir libre (por ineficacia de la justicia)», comentó.

 

Antecedentes.

 

El periodista fue hallado muerto el 7 de abril de 2003 en un paraje rural cerca a Barrancabermeja. La noche anterior había despedido a su escolta (asignado por el Programa de Protección del Gobierno) y al parecer acudió a una cita con los presuntos autores de las amenazas que venía recibiendo.

 

El cuerpo baleado del comunicador fue encontrado en la mañana del lunes 7 de abril de 2003, junto al de Paulo César Montecinos, de 22 años, estudiante de Ingeniería Ambiental del Instituto Universitario de la Paz (Inupaz), en el kilómetro 30, a un costado de la vía que conduce a Bucaramanga.

 

En los últimos días, Rivas había denunciado por la emisora no solo un atentado en su contra, en el que comprometía al alcalde Ardila, sino la adjudicación irregular de un contrato para el corregimiento Meseta San Rafael, a nombre de un hermano de alias Harold, ex comandante de las autodefensas.

 

En julio de 2003, la investigación judicial señaló al entonces alcalde como presunto autor intelectual del crimen, pero el 25 de octubre de ese año le fue revocada la medida de aseguramiento. Sin embargo, a raíz de las declaraciones que hizo a la Fiscalía el ex paramilitar Reiner Enrique Brocate, presunto desmovilizado de las autodefensas, le fue dictaminada nuevamente la orden de detención.

 

Según el testimonio de Brocate, el ex alcalde Julio César Ardila se reunió con el paramilitar Pablo Emilio Quintero, alias ‘Bedoya’, para planear el crimen de Rivas. En junio de 2007 ‘Bedoya’ confesó ante un juez de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía en Medellín su autoría material en el asesinato.

 

Lo mismo sucedió con Abelardo Rueda Tobón y Fabio Pajón Lizcano, ex funcionarios de la alcaldía presidida por Ardila. Fueron detenidos el 11 de julio de 2003, cuando la Fiscalía les dictó medida de aseguramiento por los mismos delitos; sin embargo, el 20 de octubre de ese año la medida les fue revocada. Posteriormente, el 12 de septiembre de 2007 de nuevo fue ordenada la detención y fueron capturados por la Policía.

 

El ex alcalde Ardila Torres estuvo prófugo de justicia hasta 30 de abril de 2008 cuando se entregó ante las autoridades.

En esa oportunidad manifestó: »yo no hice ningún pacto con los paramilitares ni me reuní con ellos (…) Yo sería incapaz de mandar a matar a alguien».

 

Sin embargo, 11 de febrero de 2009, el Juzgado Primero Penal del Circuito especializado de la ciudad de Bucaramanga condenó al ex alcalde de Barrancabermeja Julio César Ardila Torres, por el asesinato del periodista José Emeterio Rivas ocurrida entre el 6 y 7 de abril de 2003.

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