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La justicia en Colombia perdió el miedo: ¿y en Barrancabermeja qué?

carreroPor: Luís Manuel Carrero Gómez.

La llamada «Unidad Política» para evitar la unidad de la justicia ya no es posible. Una vez huyera de la justicia colombiana, un siquiatra político, otro de los tantos judiciables del régimen pasado y que plantea desde su escondite y sin ser detectado por los organismos de seguridad del estado, algunas propuestas políticas para irle dando espíritu y cuerpo a la ya conocida hecatombe subversiva.

«Unidad Política» para evitar la unidad de la justicia y seguir en impunidad.
En ese sentido el siquiatra político plantea desde ya, como táctica política de distracción, una candidatura presidencial, una asamblea nacional constituyente y una lista para el congreso. Todo en un función de las políticas públicas emergentes del pasado régimen.

Seguidamente otros, que se han beneficiado del régimen de que tanto hablara Álvaro Gómez Hurtado, y que fungen como parlamentarios e industriales en uso de buen retiro, «consideran todo lo contrario», pues desautorizando al siquiatra político, consideran que, si bies es cierto existen diferencias entre las dos líneas de pensamiento y acción, lo más importante ahora es propiciar un llamado de «Unidad Nacional» alrededor del pasado régimen y del actual gobierno.

¿Por qué propiciar espacios de unidad y no de confrontación como lo desea el siquiatra politico?
Si bien es cierto, las fuerzas políticas emergentes alrededor del régimen pasado todavía tienen poder, también es cierto que no tienen el gobierno. Esto en consecuencia, les a hecho entender a algunos que, no pueden seguir comportándose como poder y gobierno al mismo tiempo. La política de la práxis no lo aconseja.

Si esa «Unidad Nacional» de carácter político se diera, esa misma unidad política, podría incidir en materia de impunidad, (es lo que consideramos están pensando), en los procesos de caráter penal, disciplinario y fiscal, que actualmente cursan, contra el ya primer anillo de poder y de gobierno del pasado régimen. Todos se volverían inocentes y en consecuencia quedarían en libertad. Así las cosas, es la acción de la justicia, lo que más les preocupa actualmente.

Los demás temas estratégicos y, que se concentran en la seguridad pública, como la cohesión social y la confianza inversionista, sigue intactos, salvo ciertas políticas públicas, en materia de justicia transicional que en realidad es lo que les está generando una verdadera hecatombe.

Serias repercusiones en materia de justicia nacional e internacional, empiezan a registrarse. Por ahí va la cosa.

¿Quien se iba a imaginar, que ese sector del Régimen Político Emergente que, la llamada «Delincuencia de a pie», empezara a vincularlos como determinadores, en los peores crímenes que se han venido cometido en la patria de Bolívar y Santander.

La verdad histórica y sobre todo procesal, iba bien, cuando se estaba registrando de abajo hacia abajo, es decir entre el mismo pueblo. El problema asoma es ahora cuando empieza a darse de abajo hacia arriba.

No nos olvidemos que los corresponsables estratégicos a nivel de esa cadena de mando, del periodo más reciente de violencia paramilitar, están en los Estados Unidos. Todos están cooperando en materia de delación y los Estados Unidos también. El sector emergente de la clase política empieza a caer y los Estados Unidos en consecuencia mira para otro lado.

Toda esta verdad histórica y procesal, obviamente está teniendo repercusiones a nivel de justicia, tanto nacional como internacional. La justicia colombiana, empieza ahora a preocuparse de la violencia política de carácter estratégico. En consecuencia, todo el anterior régimen está cayendo.
En materia de reparación económica y de restitución de tierras, a la clase campesina despojada, así sea tímida por el momento, también los distancia enormemente. En otros términos, todo esa guerra declarada no declarada, que liberó a Colombia de la insurgencia, y que permitiera a más de uno hacerse «empresario», ahora empieza a pasar factura.

Llegó el momento de devolver lo mal habido y ese es un problema central. Al parecer nadie «trabaja gratis».

Así entonces podríamos afirmar que, la «Unidad Política» para frenar la unidad judicial a nivel nacional e internacional, en la lucha contra la «impunidad estratégica» en Colombia, ya no puede retroceder.

La justicia en Colombia perdió el miedo y las mayorías quieren conocer el verdadero rostro del poder.

¿Y en las regiones, departamentos y municipios como Barrancabermeja qué?


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LUIS MANUEL CARRERO GOMEZ es un abogado barranqueño con especializaciones en derecho penal y administrativo y quien actualmente se encuentra radicado en la ciudad de Lyon (Francia). Puede ser contactado en el correo electrónico: luismanuel121@hotmail.com
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