Barrancabermeja es una ciudad multicultural, así las cosas, se calcula que unos 80 mil santandereanos, provenientes de la cordillera oriental, conviven entre nosotros. Los santandereanos ayudaron a construir nuestra ciudad y han sido determinantes en el desarrollo de la región, además, han influido notoriamente en nuestra identidad cultural.
Los santandereanos son personas francas, pero a la vez reservadas, individualistas, trabajadoras, honradas, ahorrativos, machistas y tercos (a veces considerados tacaños como los de Zapatoca), y algo peleadoras cuando se les provoca. A continuación presentamos algunas de las más significativas expresiones empleadas por los santandereanos y que en Barrancabermeja, por ‘aculturación’, también ya muchos utilizan.
El santandereano no habla de muchas cosas, sino de jijuemil vainas.
El santandereano cuando se cae no queda aturdido, queda atolondrado.
A los santandereanos las frutas no se le pudren, se le apichan.
A los santandereanos no les coge la noche, sino lo tarde.
Al santandereano no le da hambre, sino filo.
Al santandereano no le hacen disgustar, lo hacen arrechar.
Al santandereano no le obliga algo, sino que le toca algo.
Al santandereano no lo utilizan, se la montan o se la dedican.
Al santandereano no lo envidian, sino que le tienen tirria.
Al santandereano no se le da una reprimenda, si no se le da una juetera.
Al santandereano no se le echa bala, se le da candela.
Al santandereano no lo mataron de unos tiros le llenaron la barriga de plomo.
Al santandereano no se le queda mal, se le deja mamando o plantado.
Al santandereano que se golpea no le dicen sóbese, sino chupe mijo.
El santandereano no tiene machete, tiene macheta o peinilla.
El niño santandereano no come dulces sino caramelos.
El santandereano no dice ¡de verdad, en serio!, sino ¡p’a Dios que sí!.
El santandereano en lugar de decir «increíble», dice huy no no no no !!!
El santandereano no baila pegado, sino que brilla hebilla.
El santandereano no besa, sino marca.
El santandereano no camina, echa pata.
El santandereano no come morcilla, traga rellena.
El santandereano no come sandía, come patilla.
El santandereano no dice ¡qué importa! sino ¡qué jijuepuercas!.
El santandereano no dice alcánceme esa cosa, dice largueme esa joda.
El santandereano no dice ese tipo es sagaz, sino mucho lo perro, mucho lo avión, o mucho vivo.
El santandereano no dice hola amigo!, dice quiubo mano o qué pajó.
El santandereano no dice la cosa está difícil, sino está arrecha la joda.
El santandereano no dice mala suerte, sino mucha sal.
El santandereano no dice no moleste, sino deje de joder.
El santandereano no dice que lo engañaron, sino que lo tumbaron o le dieron por la cabeza.
El santandereano no dice qué situación difícil, sino dice que vaina tan arrecha.
El santandereano no dice que tiene diarrea, sino toy cursiento o con churrias.
El santandereano no dice si, sino dígame.
El santandereano no es alto, es grande y acaba ropa.
El santandereano no es arrebatado, es acelerado.
El santandereano no es bobo, es pingo o caído del zarzo.
El santandereano no es campesino sino campeche.
El santandereano no es marica, es roscón.
El santandereano no es marihuanero, es burro.
El santandereano no es mierda, es una boleta.
El santandereano no es sinvergüenza, es conchudo.
El santandereano no es ahorrador es tacaño o amarrado.
El santandereano no está cansado, está mamao.
El santandereano no está embriagado, sino jincho de la perra.
El santandereano no está triste, sino que está carilargo.
El santandereano no hace el ridículo hace el oso.
El santandereano no es un loco es una bandera o una boleta.
El santandereano no le da sarpullido, le da sarna o piquiña.
El santandereano no mira feo, mira maluco.
El santandereano no monta bicicleta, sino cicla.
El santandereano no orina, se mea.
El santandereano no pide que lo esperen, sino dice espéreme tantico.
El santandereano no pide silencio, sino que se callen la jeta.
El santandereano no pide un refresco congelado, pide un vikingo.
El santandereano no se asusta, se arruga o le da culillo.
El santandereano no se cae, se va de jeta.
El santandereano no se declara, se destapa.
El santandereano no se enfrenta, revira.
El santandereano no se enfurece, se arrecha y se emberraca.
El santandereano no se quita el cabello, se calvea.
El santandereano no se viste elegante, se pone la pinta.
El santandereano no sufre de mal aliento, le huele la jeta.
El santandereano no tiene «amigas con derechos», tiene pelos.
El santandereano no tiene barriga, tiene buche.
El santandereano no tiene cicatrices, sino chagualas.
El santandereano no tiene clóset sino closer o cómoda.
El santandereano no tiene interruptor, tiene apagador o suiche.
El santandereano no tiene niñitos, sino chinos, zurrones o muérganos.
El santandereano no tiene tomacorriente, tiene enchufle. (sic)
El santandereano no tiene trastos, tiene cutes.
El santandereano no usa chaqueta, usa chompa.
El santandereano no usa zapatos de cuero sino de material.
La mujer santandereana no queda embarazada, sino que está pipona.
La santandereana no es engreída, es mucho ser picada.
La santandereana no es linda, es mucho estar lo buena.
La santandereana no es nalgona, es mucho ser culona.
La santandereana no es tetona, es mucho tener tetas.
Las santandereanas no son empleadas domésticas, sino mantecas.
Los niños santandereanos no ven dibujos animados o caricaturas sino matachitos.
Los profesores santandereanos no tienen preferencias por los alumnos, (roscas), sino cuellos.
Los santandereanos no dicen mentiras, hablan paja.
Los santandereanos no son corruptos, sino chanchullo.
Los santandereanos no molestan, maman gallo.
Los santandereanos no piden algo de más, sino la ñapa.
El santandereano incluye en sus charlas el uso de «usted», tanto en circunstancias formales como informales. Nunca utiliza el «tu» para comunicarse.
Normalmente el santandereano no acepta abusos ni injusticias y a la hora de exigir casi siempre son los primeros en reclamar.
El santandereano es una mezcla del español (castellanos y catalanes) con los indios guane, laches, chibchas y chitareros creando un pueblo mestizo que cuando llega a Barrancabermeja se vuelve amplio, baila en los fandangos, come bocachico y canta vallenatos.