En una sociedad dominada por una ideología de ultraderecha, Piedad emergió como un símbolo de resistencia, enfrentando un régimen implacable con ella, por atreverse a desafiar a su líder.
A lo largo de su vida política, soportó el peso de una era tumultuosa que nunca perdonó su oposición al gobernante autoritario. Su vida política se desarrolló en el contexto de una sociedad intolerante a la disidencia, donde cualquier forma de oposición tenía duras consecuencias.
Sin dejarse intimidar por la atmósfera opresiva, Piedad dedicó su vida a abogar por una sociedad más democrática. Se convirtió en un faro de esperanza para quienes anhelaban libertad e igualdad frente a un régimen que buscaba suprimir cualquier forma de disidencia.
A través de su compromiso inquebrantable, no sólo soportó dificultades personales sino que también inspiró a otros a unirse a la lucha por un futuro mejor y más inclusivo.
Piedad tiene historia de coraje y búsqueda de la justicia.
A pesar de la adversidad que enfrentó, se mantuvo firme en su búsqueda de una sociedad construida sobre principios democráticos. Su legado sirve como testimonio del espíritu indomable de quienes luchan por un cambio positivo.
Piedad fue perseguida y difamada por medios corruptos y autoridades judiciales de la época. Estas entidades sirvieron como herramientas de propaganda para el uribismo apoyado por grupos narco paramilitares en un gobierno acusado de participar en actos de violencia y asesinato.
Fue víctima de las tácticas opresivas empleadas por el uribismo para reprimir la oposición.
Los medios de comunicación alcahuetas de los corruptos, que actuaron como portavoces, difundieron muchas veces información falsa y acusaciones en su contra.
Además, la complicidad de la procuraduría de Ordoñez en estas acciones fue una falta de independencia judicial y un abuso de poder por parte de las autoridades de la época.
Durante esta época de persecución, seguidores del gobierno uribista apoyado por paramilitares confabularon la existencia de fuerzas extrajudiciales que actuaron en conjunto con las autoridades oficiales, para hacer lo imposible por condenar a Piedad y sacarla del escenario público opositor.
Este hecho refleja un período preocupante en el que los medios de comunicación y las instituciones legales fueron manipulados para servir a los intereses de un régimen poderoso y opresivo.
Piedad sirve como un ejemplo conmovedor del impacto de la corrupción y el abuso de poder en las personas que se atreven a desafiar el status quo.
Además, Piedad fue una crítica abierta de la guerra y la violencia, enfatizando la importancia de las soluciones pacíficas a los conflictos.
En su activismo, promovió siempre el diálogo y el entendimiento entre diferentes grupos.
Su compromiso con la justicia social y su oposición a los sistemas opresivos se alinearon con los valores liberales de izquierda. Su trabajo reflejó el deseo de una sociedad construida sobre principios de igualdad y justicia, rechazando la noción de un estado paramilitar y abogando por la paz por encima del conflicto.
Piedad a través de su identidad, creencias y acciones, encarnó los valores de ser mujer, negra, liberal de izquierda y defensora de la paz frente a desafíos sociales.
Finalmente como dijo el presidente Gustavo Petro:
“Piedad era una mujer negra, rebelde imposible para fascistas, siempre la quisieron ver muerta y por eso ahora están felices y olvidan una cosa:
Piedad será recordada por su pueblo y ellos pasarán al olvido”
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En una clínica de Medellín falleció este sábado la senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba. La senadora, quien, de hecho, había sufrido varios quebrantos de salud el año pasado y en 2022, por los que incluso estuvo en UCI, murió a causa de un infarto, según las versiones preliminares, en la clínica Conquistadores.
Piedad Esneda Córdoba Ruíz (Medellín, 25 de enero de 1955 – Medellín, 20 de enero de 2024) fue una abogada y política colombiana.
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