(Informe Especial).
A la astronómica suma de $ 2.000 millones de pesos colombianos, (el equivalente a $ 1 millón de dólares) podría llegar el monto de contratos con los que la Alcaldía Municipal firmó, (antes de entrar en vigencia la llamada Ley de Garantías), convenios de prestación de servicios con una inmensa cantidad de locutores, periodistas, vendedores de publicidad, abogados, asesores jurídicos, veedores y líderes de todos los pelambres en medio de una muy bien calculada telaraña de contratos triangulados en donde «ni son todos los que están, ni están todos los que son».
Aquí les contamos la historia.
En un hecho sin precedentes en la historia de la contratación pública en Barrancabermeja, la Administración Municipal que preside, Elkin Bueno Altahona, firmó con un vasto sector de ciudadanos comprometidos con los medios de comunicación en la ciudad, una millonaria suma de contratos que, los entendidos en la materia, calculan en aproximadamente $ 2.000 millones de pesos ($ 1 millón de dólares), la mayoría de ellos clasificados en lo que popularmente se denominan «corbatas».
Se trata de convenios en donde el beneficiario no tiene la obligación, ni si quiera de asistir a las instalaciones del Palacio Municipal a cumplir un horario de trabajo y cuyo valor, en dinero, debe compartir con 1 o 2 ciudadanos escogidos previamente a la firma del contrato que, con anterioridad, se han comprometido en 2 aspectos básicos: el primero en ser ser leales con las orientaciones políticas emanadas de la Alcaldía Municipal y la segunda en que sus nombres NO FIGUREN en ningún documento público que pueda comprometerle su imagen y reputación profesional.
Analistas políticos consultados por BARRANCABERMEJA VIRTUAL manifestaron a este medio de comunicación que el burgomaestre busca «contrarrestar, neutralizar, contener y finalmente anular» todo efecto mediático a través de noticias, críticas y malos comentarios que pongan en riesgo su imagen de hombre público y en peligro de aviso a las autoridades judiciales de cualquier eventual irregularidad, muchas de ellas con consecuencias penales, en medio de una tormentosa contratación pública, «casi siempre al filo de las normas».
De otro lado, si bien es cierto que las denuncias de un periodista solo quedan ahí, en el tintero de las salas de redacción, este medio de comunicación ha podido establecer que al mandatario local «le preocupa que en medio de tanta denuncia por corrupción (muchas aportadas con documentos), alguna de ellas pueda llegar a las altas esferas del poder judicial en Bogotá y pueda derivar en investigaciones disciplinarias, fiscales y hasta penales que serían fatales para su presente y futuro político», especialmente en pleno siglo 21, cuando las comunicaciones están tan rápidas, eficientes y globalizadas que pueden ser dadas a conocer a la mayor brevedad posible.
Asesores del Alcalde le han manifestado que hoy en día, por sólo citar un ejemplo, desde el popular y emblemático Kiosco de Lucho (ubicado al frente del Palacio Municipal) cualquier parroquiano puede, usando una tableta, digitar una denuncia dirigida directamente a la Fiscalía General de la Nación, incluso, con fotografías y documentos escaneados de cualquier eventual irregularidad que se presente al interior de la Alcaldía.
De hecho, ya ocurrió la noche del cierre de la llamada Ley de Garantías cuando varios ciudadanos tomaron fotografías desde sus teléfonos celulares de gente circulando hasta la madrugada al interior de la oficina Jurídica, imágenes que posteriormente circularon por las redes sociales.
Ciro Fernández, otra de las preocupaciones del Alcalde.
También, y de acuerdo a lo que se ha podido establecer, al alcalde de Barrancabermeja le preocupa especialmente la mala propaganda de la que puede ser víctima su cuñado, el candidato a la Cámara de Representantes, Ciro Fernández Núñez, quien de acuerdo a los últimos sondeos, pese a que maneja en Barrancabermeja una poderosa y multimillonaria campaña electoral, presenta entre los electores una imagen de candidato «poco preparado y sin argumento para llegar al Congreso» y al que ven como «un nené privilegiado» que se vale únicamente del vínculo de familiaridad con el Alcalde, que es su cuñado.
Analistas coinciden en que para el Alcalde, en esta recta final, es de «vital importancia» (casi que como política de Estado en la Ciudad Futuro), mantenerle a favor de su cuñado, «un suave y cómplice silencio mediático» por lo menos hasta el día de las elecciones el 9 de marzo que permita «bajarle el tono a los ataques».
Periodistas opositores resultaron mas beneficiados que ni los propios amigos del Alcalde.
Investigaciones adelantadas por este medio de comunicación, dan cuenta que a muchos periodistas en Barrancabermeja, especialmente duros críticos y opositores de su gestión, la Alcaldía «los premió» con 3 y 4 contratos diferentes (que incluyen a familiares directos e incluso a compañeras permanentes con las que llevan vida marital), en precios que oscilan entre los $ 10 y los $ 28 millones de pesos mensuales por un tiempo de 6 meses, en un intento, (según se murmura en los pasillos del palacio municipal), por mantener una especie de silencio mediático que «no perturbe» la tranquilidad del señor Alcalde y en general de la Administración Municipal Central.
Elkin Bueno: ¿Robin Hood o Dorian Gray?
Por cuenta de esta circunstancia atípica, las opiniones en Barrancabermeja están divididas.
Por un lado hay quienes argumentan, en defensa del Alcalde, que los periodistas viven actualmente una crisis económica sin precedentes. Solo un reducido número de comunicadores, tiene estabilidad laboral, la mayoría están sin trabajo, sin salarios, sin prestaciones ni beneficios laborales, sometidos al abuso de los propietarios de medios que solo ofrecen como «alternativa» el arriendo de costosos espacios de tiempo en la parrilla, que en la mayoría de los casos no son viables al precario bolsillo de los comunicadores.
Así las cosas, ven en la actitud asumida por el alcalde Elkin Bueno, la presencia de un Robín Hood «petrolero», de «buen corazón» «noble» y «bondadoso», que se desprende del presupuesto público para «ayudar» en la difícil situación económica por la que atraviesan los periodistas en la ciudad.
De otro lado, están quienes consideran que la actitud asumida por el Alcalde es solo la de un Dorian Gray con 2 caras, despilfarrando los recursos públicos que deberían ser asignados a otros rubros (como por ejemplo la asistencia médica SISBEN a pobladores de escasos recursos económicos, el complemento alimenticio a los escolares o a los adultos mayores) en lugar de saciar a una frondosa burocracia mediática que, si bien es cierto le favorece al Alcalde en sus intereses estrictamente personales, es sólo una vulgar dilapidación de los recursos que, de acuerdo a la constitución y la ley, pertenecen a todos los ciudadanos.
Alcalde de Barrancabermeja hizo una linda carambola.
En lo que todo el mundo sí está de acuerdo es que el Alcalde de Barrancabermeja es un excelente jugador de billar a 3 bandas y que hizo una linda carambola con los periodistas, especialmente con sus críticos y opositores.
El billar a 3 bandas es un deporte de precisión, cuyo propósito es emplear la bola asignada al jugador para que con ella toque las otras dos bolas y proceda a hacer una carambola, empleando un taco con el que impulsa su bola hacia ambas bolas restantes.
En este caso, al Alcalde Elkin Bueno la carambola le salió perfecta.
El primer golpe con la bola lo da a su favor cuando todos sus amigos lo perciben como el hombre generoso que al mejor estilo de un Robin Hood «petrolero», reparte millonarios contratos a sus amigos y opositores a diestra y siniestra:
—¿Ya le firmaron su contrato?— era la pregunta con la que el Alcalde saludaba a cada uno de los asistentes, que el sábado lo increparon en la Sede Campestre del Club Miramar en la fiesta de los periodistas donde según dicen, «reinaba una total cultura de pleitesia ante su presencia».
El segundo golpe con la bola choca en contra de la reputación de los llamados periodistas críticos y opositores, al que Alcalde, con los millonarios contratos, los desnuda cruelmente en su dignidad y los deja prácticamente sin argumentos, desacreditados, totalmente impopulares frente a la opinión pública.
Y un tercer golpe, solo reservado para un «tahúr de la política», la bola golpea en el imaginario colectivo de los ciudadanos barranqueños, quienes, al no tener la oportunidad de volver a escuchar, ni leer, ni oír críticas y denuncias de su gobierno, empezarán por percibir y después creer a ciegas que «todo en Barrancabermeja mejoró y que las cosas en la Ciudad Futuro ahora si andan bien».
En fin, se trata de un $ 2.000 millones de pesos colombianos ($ 1 millón de dólares) invertidos en la imagen de nuestro Alcalde, recursos que salen del bolsillo de los contribuyentes barranqueños.
Estamos en la Ciudad Futuro.
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