(Informe Especial)
La ‘Pollera Colorá’ es la página musical colombiana más grabada en el mundo, equivale a lo que es ‘El Manicero’ para los cubanos. Lo que pasó con la ‘Pollerá Colorá’ ha sucedido con otros grandes éxitos de la música colombiana: el compositor de la letra es uno y el de la música otro. Por lo general el arreglo musical se ha hecho primero y luego llega un compositor y aporta la letra. Los ejemplos abundan, ‘Librada’, de Pacho Galán, pasó a ser ‘La Casa de Fernando’ cuando Billo Frómeta le puso letra.
Igual ocurrió con ‘El Brazalete’, del mismo Pacho, al que también Billo le incluyo letra y lo llamó entonces ‘La butifarra de Pacho’. Barrancabermeja Virtual presenta a continuación la historia de ‘La Pollera Colorá’ contada desde el punto de vista de su otro autor, don Juan Bautista Madera Castro.
En el barrio El Cortijo de Sincelejo vive casi en el anonimato Juan Bautista Madera Castro, el gran clarinetista oriundo de Sincé (Sucre) coautor de la cumbia la ‘Pollera colorá’, el superéxito símbolo de la música colombiana, que internacionalmente representa la nacionalidad colombiana.
El nombre de Madera, de 89 años, cobra otra vez vigencia tras la muerte en Bogotá de Wilson Choperena, compositor de la letra de la mítica canción. Juan Bautista Madera creó los arreglos musicales.
En los últimos años las relaciones entre los dos grandes amigos, colegas y compañeros orquestales no fueron las mejores, tras la demanda que interpuso Madera para que le reconocieran sus derechos como coautor de la pieza, pues todas las regalías iban a manos de Choperena, o ‘Chope’, como aún lo llama cariñosamente.
«Me ha pesado la muerte de ‘Chope’, él fue un gran amigo; incluso, vivimos largo tiempo en la misma pensión cuando estuvimos en Barrancabermeja.
Compartimos una amistad que sobrepasó los problemas económicos y morales que nos produjo el inconveniente en el que ‘Chope’ no aclaró que la cumbia la compusimos entre los dos.
Fuimos compañeros de parrandas, nos íbamos a rebuscar al grill ‘Haway’, de propiedad de un antioqueño, cuando no teníamos compromisos con los clubes petroleros, y en una de esas rumbas se me vino la idea de hacerle una cumbia a las polleras de las mujeres, que en la mayoría de los casos eran rojas», recordó Juan en su residencia de este popular sector sincelejano.
La grabación.
La célebre cumbia fue grabada en 1961 en Discos Tropical de Barranquilla. Se hizo en acetato en un disco de 78 (revoluciones por minuto), que trajo como respaldo el mapalé ‘El arranque’, de la autoría de Pedro Salcedo, el primer interprete de la ‘Pollera colorá’.
Salcedo, de Corozal (Sucre), tenía como voz líder de su orquesta a Wilson Choperena y como clarinetista a Juan Madera.
Para esa época sonaban los porros, fandangos y mapalés de las orquestas de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, quienes estaban de moda en la escena musical.
«En medio de la soledad de una ciudad como Barrancabermeja, tan lejana para mi que tenía mi familia en Since (Sucre), tomaba el clarinete para sacarles notas y hacer lo que hoy se conoce como música instrumental. Una tarde de domingo llegó ‘Chope’ hasta donde yo vivía a decirme que le compuso letra a una cumbia que le había tocado, que si le daba permiso para ponérsela.
Yo le respondí: ‘¡Hombe como no compadre ‘Chope’!’ Y así fue. Yo tengo los registros originales que nos entregaron el 24 de octubre de 1962 en la Notaría Primera de Barrancabermeja. Y si el compadre sabía que lo habíamos hecho los dos, nunca entendí como era que él podía disfrutar de todo sin pensar en que no era el compositor único de la cumbia. Como perdimos contacto, a lo mejor se imaginó que yo había muerto o algo así, y por eso recibía todo el dinero», agregó Juan Bautista Madera.
Entonces, Juan Madera interpuso una demanda contra Choperena y el Tribunal Superior de Bogotá falló contra este último, condenándolo a dos años de cárcel y al pago de $10 millones a favor de Madera. También obligó a Sayco a bonificar con $ 500 mil mensuales a favor de Madera, como coautor de la pieza.
Un año después de la grabación de la ‘Pollerá Colorá’, Pedro Salcedo y su orquesta decidieron irse de Barrancabermeja a Bogotá en busca de mejores horizontes.
Madera no quiso acompañarlo y se regresó a Sincé a velar por su familia, compuesta por su esposa Amparo Isabel Manjarrés y sus 11 hijos que estaban pequeños.
«Perdimos todo contacto después de que me vine de Barrancabermeja, y él (Choperena) aprovechó y disfrutó de todo lo que la cumbia le ofrecía, mientras yo vivía humildemente. La demanda fue más que todo por defender mi talento, más que por lo económico. Por eso digo que aunque ya ‘Chope’ no está en la tierra, nuestra amistad perdurará mientras siga sonando la cumbia que los dos le dejamos a este país», sostuvo Juan Madera.
«Me duele la muerte de Wilson, pero la Pollera es mía», dice Juan Bautista Madera el otro autor de la ‘Pollera Colorá’.
En declaraciones entregadas a varios periodistas en la ciudad de Sincelejo, donde vive actualmente, Juan Bautista Madera dijo: «Me duele la muerte de Wilson, pero la pollera es mía».
El músico además agregó que: «me ha pesado la muerte de Chope, él fue un gran amigo, incluso vivimos largo tiempo en la misma pensión cuando estuvimos en Barrancabermeja. Compartimos una amistad que sobrepasó los problemas económicos y morales que nos produjo el inconveniente en el que Chope no aclaró que la cumbia la compusimos entre los dos.
Fuimos compañeros de parrandas, nos íbamos a un grill a rebuscarnos cuando no teníamos compromisos con los clubes petroleros y en una de esas parrandas fue que me vino la idea de hacerle una cumbia a las polleras de las mujeres que en la mayoría de los casos eran rojas», dijo Juan, resignado.
«Mejor dicho, para dejar las cosas bien claras, esa cumbia no es mía, ni de Wilson Choperena, esa es una obra de Dios que perdurará por siempre. Yo le pido a ‘Chope’ donde esté, que me guarde mi ‘aromática’, porque de pronto me estaré encontrando con él», dice jocosamente el clarinetista aquejado por una hernia y próximo a cirugía.