(Informe Especial).
El senador electo, Álvaro Uribe Vélez no se compone. Ahora pretende que los colombianos crean que el actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, «planea implantar el llamado Castro / Chavismo en Colombia» porque realiza los actuales diálogos de paz con las Farc, como si la posibilidad de la paz no fuera un anhelo nacional.
El senador Uribe Vélez tiene mala memoria. Se le olvida que cuando fue presidente él realizó un pacto con los paracos -y el país lo apoyó- muy a pesar de los desmanes y delitos de lesa humanidad cometidos por las Autodefensas, antítesis natural de las Farc, pero igual de sanguinarias y traficantes de drogas.
Es curioso que para defender ese ‘pacto’ con los paramilitares, Uribe esgrime que «el extraditó a la mayoría de los jefes paramilitares hacia los Estados Unidos», una salida que algunos han interpretado como un «auténtico conejo», precisamente, porque esos delincuentes (los paramilitares) se habían entregado con base a un acuerdo con el gobierno de Uribe Vélez.
¿Será que ‘el acuerdo’ entre Uribe y los Paramilitares era que en determinado momento los extraditaran hacia los Estados Unidos? donde es bien sabido que se pueden negociar beneficios como lo han hecho una buena cantidad de narcos puros y duros.
La lista es larga. Los ‘jefazos’ cumplen cortas condenas si ‘echan al agua’ a otros mientras que los llamados ‘pendejos’ (que no tienen poder) les aplican todo el peso de la ley. ¡Qué ley!
Mala memoria tiene el senador electo, Alvaro Uribe Vélez.
Se le olvida a Uribe que él nombró al fallecido ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez, mediador ante la guerrilla de las Farc.
Se le olvida a Uribe que él instaló una mesa de negociación en La Habana con el ELN y que, incluso, dejó salir de prisión a Francisco Galán, jefe de esa guerrilla.
Como si fuera poco, se le olvida a Uribe que también liberó a Rodrigo Granda, capturado en Venezuela y que ahora anda paseándose por el mundo.
También se le olvida que a un guerrillero desmovilizado de las Farc lo alojó «a cuerpo de reyezuelo» en el emblemático Hotel Tequendama de Bogotá y además a una matona de las Farc le dió rango de casi «embajadora».
Entonces, esa camámdula de hechos es más larga y forma parte de un rosario de perlas que hoy, el flamante senador electo Uribe Vélez omite cuando mal intencionadamente le quiere meter miedo al país.
En definitivas, muy mala memoria tiene Uribe Vélez.