(La ex parlamentaria dice que le cobraron caro por contarle la verdad al país).
(Muchos analistas coinciden en señalar que en Colombia estamos frente a una «justicia criminal»).
Un juez de la ciudad de Bucaramanga condenó a la ex congresista Yidis Medina Padilla a 32 años de prisión por el delito de secuestro extorsivo en las personas de Juan Carlos Carvajal Torres y Ricardo Sequea Cristancho, (ex funcionarios de la segunda administración del alcalde Elkin Bueno), hechos ocurridos en Barrancabermeja en el año 2000. Una vez conocida la sentencia, Yidis Medina culpó al ex presidente Uribe de tramar todo un complot en su contra por los hechos de la ‘Yidispolítica’ y dijo entre lágrimas que «el ex mandatario colombiano es el hombre más malo que ella ha conocido en toda su vida».
Según la ex parlamentaria, la condena obedece a una represalia por la confesión del cambio de su voto para que se aprobara la reelección presidencial del ex presidente Álvaro Uribe en el Congreso.
Afirmó que la sentencia es una persecución contra ella por parte del gobierno de Álvaro Uribe por lo que ella declaró en la Corte Suprema de Justicia.
«No me arrepiento de eso porque mi país no merece ser engañado», dijo Yidis Medina, que se encuentra recluida en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá.
También dijo que el juez no tuvo en cuenta la declaración de un fotógrafo de Barrancabermeja, (de nombre Chucho Villamizar), que confesó que le habían pagado para que testificara en su contra.
Los hechos por los que fue condenada Yidis Medina ocurrieron a finales del año 2000 en la ciudad de Barrancabermeja en el período del segundo mandato de Elkin Bueno Altahona, quien tenía como funcionarios al servicio de la Administración Municipal a los ciudadanos Juan Carlos Carvajal Torres (Tesorero) y Ricardo Sequea Cristancho (Secretario de Hacienda Municipal).
Para esa época, (diciembre de 2000), la Administración Municipal de Barrancabermeja le debía unos dineros a la Cooperativa Integrar, cuya función era la de contratar hombres y mujeres (todos pertenecientes a los estratos 1 y 2), para que se dedicaran a las labores de limpieza de las principales calles de la ciudad.
Según se ha podido establecer, la señora Yidis Medina tenía una gran influencia en el manejo de los recursos y la mano de obra que contrataba la Cooperativa Integrar.
Así las cosas, como se aproximaban las fiestas de navidad y año nuevo y la Administración Municipal del entonces alcalde, Elkin Bueno, inexplicablemente, no cancelaba el dinero a la Cooperativa Integrar y a su vez esta institución no le pagaba a los hombres y mujeres que barrian las calles de la ciudad, las escobitas de Barrancabermeja la presionaban permanentemente por el pago de los salarios, situación que Yidis no podía resolver.
Entonces, una célula guerrillera del ELN (Ejército de Liberación Nacional), que por aquella época tenía una gran influencia en la comunidad del sector nor oriental de Barrancabermeja y que fungía y hacía el papel de un Robin Hood con las clases menos favorecidas, decidió, por presión de las llamadas «escobitas», secuestrar por unas horas a los 2 funcionarios del gobierno municipal (los doctores Carvajal y Sequea) y así determinar que era lo que estaba sucediendo con el pago de la nómina.
Según la ex congresista Yidis Medina, la guerrilla del ELN también la secuestró a ella con el propósito de establecer si el dinero ya estaba en poder de la Cooperativa o si aún estaba en las arcas de la Tesorería Municipal. Incluso, la guerrilla llegó a pensar que el Muncipio ya había pagado la plata, la Cooperativa ya había cobrado el dinero y que Yidis Medina la tenía en su poder.
Al final, la guerrilla del ELN pudo establecer que el dinero aún se hallaba en las arcas de la Tesorería y a los pocos días el dinero le fue cancelado a las escobitas.
Sin embargo, por cuenta de que Yidis se encontraba ofendida con los doctores Carvajal y Sequea por la demora en el pago del dinero, la retención temporal por parte del ELN fue interpretada por los ex funcionarios como un acto de complicidad de la ex congresista con la guerrilla, por lo que decidieron, después de las horas de retención, demandarla por secuestro extorsivo.
Con el correr de los años, el denuncio penal contra Yidis Medina se hallaba archivado por falta de pruebas, pero después de que se conocieron los hechos de la Yidispolítica, la justicia «actuó rápido» y se comenzó a ejercer una presión sobre la ex parlamentaria que incluyó la presencia de testigos falsos (como el fotógrafo Jesús Villamizar, quien mucho tiempo después reconocería que el DAS del gobierno del presidente Uribe le pagó dinero para que testificara en su contra).
Lo que todo el mundo dice en Barrancabermeja es que a Yidis Medina fue conocida como clientelista y un tanto tolerante con algunas manifestaciones de corrupción en la administración pública, pero nunca guerrillera del ELN ni secuestradora extorsionista. «Eso jamás», dicen quienes la conocieron en el puerto petrolero
Por la forma como se desarrolló el juicio, ya se han dejado escuchar muchas voces de protesta en contra del sistema judicial colombiano al que muchos califican de «justicia criminal» que por un lado, juzga y condena rápido a una de las partes en el cohecho de la Yidispolítica, mientras que ex ministros como los doctores Sabas Pretelt y Diego Palacios, ricos, poderosos y representantes de la burguesia nacional, (también comprometidos en la Yidispolítica), aún no se les ha definido su situación jurídica, quizás, dicen algunos analistas, a la espera de un vencimiento de términos.
De momento la ex congresista Yidis Medina ha manifestado que apelará el fallo en segunda instancia ante el Tribunal Superior en Bucaramanga y que llevará el caso hasta las últimas instancias en que se lo permita la ley colombiana, incluso a un Tribunal Internacional porque con ella se ha cometido una tremenda injusticia.