La historia de Barrancabermeja registra que en 1946 un ciudadano norteamericano de nombre José Knapp, acompañado de su esposa Virginia y una hija, arribaron a nuestra ciudad y fundaron, en una pequeña casita ubicada en la diagonal 8a con carrera 17 del barrio Buenos Aires, lo que hoy es la Iglesia Cuadrangular de Barrancabermeja, la más grande y poderosa congregación evangélica con sede en esta ciudad.
Si bien es cierto que la iglesia es hoy una institución organizada que funciona perfectamente con sus puertas abiertas al público, sus inicios fueron muy duros y tuvieron que soportar muchas pruebas y dificultades, entre ellas el sellamiento del templo por parte de las autoridades de la época. Sin embargo, gracias a lo que ellos mismos llaman «el poder y la misericordia de Dios», hoy las cosas son muy diferentes. Aquí les contamos la historia.
Historia de la Iglesia Evangélica Cuadrangular de Barrancabermeja.
Barrancabermeja, entonces contaba una población de 35.000 habitantes, cálida y bulliciosa, tendida a orillas del río Magdalena, donde las compañías petroleras con un gran número de obreros y empleados trabajaban en las instalaciones de su refinería.
Como un exótico lugar en medio de la indiferencia religiosa, típicas de aquellos centros industriales, se levantó, en cercanías del hoy céntrico parque Infantil, un amplio y sobrio edificio de cemento que ostentaba una cruz y un libro abierto en la gran ventana circular de su fachada principal. Tal era el templo evangélico donde varias veces a la semana se congregaban muchos cristianos fervorosos para adorar a Dios, orando con ejemplar perseverancia y cantando con mucho entusiasmo.
Dicen, quienes vivieron esas épocas que a varias cuadras alrededor del templo se oían las notas vibrantes de los himnos (cánticos).
Esta ha sido, sin lugar a dudas, una de las mas grandes congregaciones y una de las más activas que ha existido en la congregación evangélica colombiana.
Si a esto agregamos que la iglesia contaba apenas con 7 años de vida y que en el transcurso de este tiempo tuvo que enfrentarse a las furias de la hostilidad que en varias oportunidades había cerrado sus puertas, y que sin embargo seguía adelante mas fervorosa cada día, los evangélicos en Barrancabermeja llegan a la conclusión de que Dios ha estado con ellos protegiéndolos y bendiciéndolos en forma de veras admirable.
Los primeros evangélicos llegaron procedentes de Bucaramanga.
Las labores evangelísticas de la Misión Cuadrangular (Internacional Church of the Foursquare Gospel) fueron iniciadas en la ciudad de Bucaramanga y desde allí se extendieron a la costa del caribe y las riberas del río Magdalena.
En el año 1942 llegaron a Bucaramanga procedentes de los Estados Unidos los señores Claire Martin y Pablo Anderson con sus familias. Este último había tenido ya amplias experiencias en los campos misioneros de la república de Bolivia y además perteneció a una consagrada familia de obreros cristianos que trabajaban en el país antes mencionado y también en Chile.
Entre tanto, en Columbia city, estado de Oregon, U.S.A., mientras oraba en la pequeña iglesia Cuadrangular donde los esposos José y Virginia Knapp pastoreaban, los cristianos evangélicos dicen que «Dios dió a la hermana virginia una visión para Colombia».
En la visión, según cuentan, le fue mostrado un mapa de Colombia; pero como la hermana desconocía su ubicación, consultó en una geografía universal la localización de nuestro país.
Así las cosas, ambos se alistaron para el campo misionero y sortearon las dificultades que conlleva el tener dos años más del límite de edad (42 años el hermano José) requerido, entonces, para ir al campo misionero y la barrera del aprendizaje del idioma, (pues ellos hablaban inglés y en Colombia se habla español).
Sin embargo, la soberanía de Dios junto con el espíritu emprendedor de los esposos Knapp, lograron el milagro de aprender suficiente el idioma hispano para hacerse entender.
En el 1946 llegó al país el Reverendo José Knapp acompañado de esposa y una hija. Pasaron algún tiempo en Bucaramanga y luego fueron a Medellín para aprender español en la escuela de idiomas que por aquel tiempo funcionaba bajo los auspicios de la misión presbiteriana. Pero recién llegados no permanecieron sino 4 meses dedicados al estudio, pues el señor Knapp ansiaba anunciar cuanto antes el evangelio de Cristo, aunque fuera con frases tan distanciadas de la Gramática, que de oírla Miguel de Cervantes Saavedra no las habría reconocido.
Pero los cristianos tienen una absulota confianza en el amor de Dios que tiene un idioma universal y siempre hace maravillas.
El lugar escogido para dar principio fue «La Ciudad del Oro», Barrancabermeja, donde el afán del lucro, el alcoholismo y la sensualidad, habían tenido su manto aún mas negro todavía. Hacia Barrancabermeja, precisamente, se sintió el reverendo Knapp perentoriamente dirigido por la mano de Señor.
El trabajo comenzó con la distribución de 7.000 ejemplares del evangelio según San Lucas, suministrados por la «Wrold Gospel Crusade», en Medellín mediante el activo misionero, Dr. Benjamin Parsons de la Misión Interamericana.
¿Quién lo creyera? … La Iglesia Cuadrangular de Barrancabermeja fue apedreada y cerrada en 1950.
El interés que se notó en la generalidad de la población barranqueña fue grande. Muchos recibían el pequeño pero luminoso librillo y enseguida querían saber mas y mas de lo que en él habían leído.
Pronto se dió principio a los servicios en una casa alquilada, la cual en breve tiempo resultó estrecha y hubo necesidad de coseguir un lugar mas espacioso.
4 meses mas tarde se compró un lote de terreno e inmediatamente un ingeniero evangélico, el doctor Bart Bergsneider, empleado de la Trópical Oil Company, quien realizó los planos para la construcción de un templo propio para la iglesia Cuadrangular, el cual fue concluído en abril de 1950.
Los cristianos evangélicos de Barrancabermeja siempre han querido recalcar que el 95% de todos los gastos de construcción del templo en Barrancabermeja fue aportado mediante las ofrendas voluntarias de los nuevos convertidos en el puerto petrolero.
La persecución no se hizo esperar. En agosto del mismo año, las autoridades ordenaron cerrar por primera vez el edificio, depués de una serie de interrupciones y polémicas agresivamente protagonizadas por un sacerdote católico de Barrancabermeja dentro del mismo recinto del templo evangélico.
Al mismo tiempo fue clausurada la escuela primaria que había venido funcionando durante un año como una de las actividades de la iglesia. Después de ocho meses, en abril de 1951, se obtuvo nuevamente el permiso para continuar con los servicios; pero el 17 de diciembre del mismo año sellaron las puertas del templo por segunda vez, bajo órdenes oficiales; y así permaneció por varios días, hasta que fue posible conseguir nueva licencia.
Sin embargo, los enemigos no se habían dado por vencidos ni querían conceder a los evangélicos el derecho que les asiste de adorar a Dios según el dictado de sus conciencias.
El 25 de enero de 1953, hallándose mas de 700 personas en el templo durante el culto evangelístico por la noche, fueron sorpresivamente atacadas por un grupo de gentes fanáticas que lanzaron gritos y amenazas comenzaron a apedrear el edificio, luego irrumpieron en le salón vociferando de la peor manera y agredieron de obra contra muchos de los presentes.
Nadie trató de contestar con violencia a la violencia; algunos de los asistentes se retiraron a sus hogares evitando en lo posible el ultraje de los atacantes; y otros permanecieron en el templo.
Algunos se dedicaron a orar por los agresores. Cuando estos al fin salieron, llegaron tres automóviles llenos de policías, quienes en medio del estupor de todos, comenzaron, no a perseguir a los criminales, sino a detener a los evangélicos que habían quedado dentro del edificio, entre ellos, la señora Knapp. Entonces tuvieron que resistir insultos y golpes, esta vez, de manos de los agentes de la autoridad del propio Estado.
Pese a la adversidad, la iglesia seguía creciendo.
Gracias a Dios que al día siguiente se pudo ver un ligero reflejo de justicia, pues el señor Alcalde de la época en Barrancabermeja destituyó al Inspector de Policía que dirigió el atropello y puso a los detenidos, (miembros de la iglesia), en libertad.
Pero el templo volvió a quedar cerrado, esta vez por el lapso de 3 meses.
Cuando por fin se volvieron a reanudar los servicios en los últimos días de abril, se comprobó que el interés de la gente no había disminuido en forma alguna en consecuencia de los ataques y frecuentes amenazas.
En el primer servicio había cerca de 500 personas y poco a poco fue creciendo la asistencia hasta superar el record anterior y aun mas, hasta que el templo era insuficiente para dar cabida a todos los nuevos interesados. Sin pérdida de tiempo se inició la construcción de un edificio mucho mas amplio, el cual fue dedicado en enero de 1950 donde se podía alojar fácilmente mas de mil personas.
En ocasiones especiales se reunían hasta 1500 personas. En el culto solemne de la dedicación, la congregación entera prorrumpió en aleluyas y alabanzas, y por mas de quince minutos mezcló sus cánticos de gozo, con oraciones y lágrimas de gratitud al Señor que tan fielmente sostuvo a su pueblo en medio de tantas difilcultades.
«No era solamente un edificio de ladrillos y cemento lo que se estaba dedicando, sino un glorioso monumento de confianza y fe en el Dios vivo que jamás ha faltado a sus promesas», dicen hoy quienes aún recuerdan esa época.
Había en la iglesia un grupo de 70 creyentes de ambos sexos que estaban recibiendo clases regulares de la Biblia para ejercer el ministerio de la evangelización; también un coro bien organizado, para el cuel, la congregación adquirió un magnífico órgano eléctrico.
En todos los campos de actividad se notaba interés cada día mas vivo entre los cristianos, y un deseo fervientes de ser útiles en la causa del Señor. Fuera de la obra en Barrancabermeja, se atendía con regularidad a los servicios en varias congregaciones vecinas tales como Rinconada, Puerto Wilches y San pablo, donde la asistencia pasaba de las 100 personas.
El primer pastor colombiano de la iglesia Cuadrangular fue José Silva.
Cuentan los cristianos evangélicos de Barrancabermeja que el pastor, José Silva H, fue un instrumento usado por el Señor en forma admirable para el crecimiento de su obra. Nacido en Cali en 1927 y alumno del colegio Americano de esa ciudad durante los años 38 y 39, pasó a Barrancabermeja para trabajar en la refinería y fue allí donde Cristo le llamó a su servicio.
Desde 1950 prestó su entusiasta y fructífera cooperación tanto en su propia iglesia como en otros lugares. Otros hermanos que ayudaron activamente en las labores son Medardo Macías y Alejandro Amado, quienes visitaban los lugares vecinos y cooperaban en todas las actividades, a pesar de sus ocupaciones.
Cuando se les pregunta ¿cual es secreto para que esta iglesia haya prosperado tan admirablemente a despecho de los obstáculos?, la respuesta será una sola palabara: La Oración.
Esta es una iglesia que ora.
Alabamos el nombre del señor y damos gracias por el avivamiento en nuestro extenso campo de labores en nuetra patria, dicen orgullosos cuando se les pregunta por la obra.
La iglesia de Barranquilla era por aquel entonces (en 1953), la más nueva entre las del grupo Cuadrangular; y frente a ella se encontraba el reverendo Juan Firth de nacionalidad inglesa, quién por largo tiempo había trabajado tenazmente en otros campos misioneros del país.
En el año 1953 entró él con su familia a colaborar en la obra de Barrancabermeja y al cabo de un año se trasladó a la capital del Atlántico para iniciar allí una iglesia nueva, con el resultado que en el curso de dos años formó una congregación que pasaba de 130 personas y que estaban en vísperas de construir su propio templo.
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