El ex subjefe de seguridad de Ecopetrol José Eduardo González Sánchez, señala a exdirectivos de la compañía de haber trabajado activamente con las autodefensas y la fuerza pública en la antesala de las masacres de 1998 y 1999 en Barrancabermeja.
Quiere prender el ventilador en la JEP y señalar a ex directivos de la Refinería de Barrancabermeja y sus vínculos con grupos paramilitares.
En sus declaraciones ante la JEP, Jose Eduardo González Sánchez, en esa época jefe de seguridad de la Refinería de Barrancabermeja, acusa al ingeniero Marco Tulio Restrepo, gerente del Complejo Industrial de Ecopetrol, de haber patrocinado a grupo paramilitares en la ciudad de Barrancabermeja.
El ex funcionario, quien lleva 11 años en la cárcel por patrocinar grupos paramilitares en Barrancabermeja en los años 90, quiere prender el ventilador en la JEP, denunciando a otros directivos de la Refinería de Barrancabermeja, en actividades criminales con las AUC
La revista Cambio, en su edición de este domingo 26 de noviembre, manifiesta tener un documento completo de las denuncias de presuntos vínculos de ex directivos de la Refinería de Barrancabermeja con grupos paramilitares que perpetraron masacres y crímenes selectivos en la región del Magdalena Medio.
En los años 90, la avanzada violenta de las estructuras paramilitares en Barrancabermeja, no solo tuvo como auxiliadores a integrantes de la fuerza pública, sino también a funcionarios de Ecopetrol.
En distintos niveles, estos habrían sentado el camino para que los paramilitares incursionaron en la zona desde 1996, en la antesala de las masacres que se perpetraron en la región, entre ellas la del 16 de mayo de 1998, en la que fueron asesinadas 7 personas; secuestradas, 25, y otras más, desaparecidas.
Una de las personas que la Fiscalía llamó a juicio en 2016 por su participación en dicha masacre –y luego por la masacre del 28 de febrero de 1999, en Barrancabermeja– es el ex subjefe de seguridad de Ecopetrol José Eduardo González Sánchez, un ex capitán del Ejército Nacional que prácticamente desde que se graduó de la Escuela de Cadetes, según sus propias palabras, tuvo vínculos con las autodefensas, hasta que pasó a integrarlas plenamente hacia 2001, en Santander.
Aunque lleva más de 11 años preso y está involucrado en ocho expedientes, poco se sabe de este personaje, que busca pista en la Jurisdicción Especial para la Paz desde 2019 y que en julio de 2022 le hizo llegar a esta justicia su plan de verdad y reparación.
En este, Sánchez salpica a directivos regionales de Ecopetrol, incluyendo a su tío Antonio Sánchez Vargas, director de Seguridad Nacional de la petrolera y luego jefe de Seguridad del presidente Ernesto Samper, quien lo ascendió al grado de general de manera honorífica.
De reunión en reunión para planear el ingreso de los paras
El revelador documento, en poder de CAMBIO, expone que hubo una primera reunión entre Sánchez Vargas, como director de Seguridad de Ecopetrol, con Marco Tulio Restrepo, director Corporativo de Seguridad, y el coronel Oscar Virgüez, jefe de seguridad de la refinería de Barrancabermeja, con el objetivo de “crear las condiciones para el ingreso de las autodefensas al sur de Bolívar, al Magdalena Medio y a Barrancabermeja”.
La preocupación era que en las zonas tenían influencia tres gerencias claves para Ecopetrol: la de refinería, la Gerencia Galán de Oleoductos y la de producción de El Centro, y que había una fuerte presencia de guerrillas que estaban haciendo extorsiones, atentados y hurtos de tractomulas con productos.
González Sánchez ingresó a Ecopetrol en 1995 por intermediación de su tío, quien le dijo que estaban buscando a una persona para cambiar las estrategias de seguridad en Barrancabermeja.
Y aunque no dice la fecha exacta en la que salió, apunta que su contrato no fue renovado, luego de una larga manifestación de la USO que comenzó a mediados de 1998 y duró al menos tres meses, en la que fue llamado a mediar para que los trabajadores se fueran de la refinería.
Hasta el momento, la JEP no ha indicado si va a admitir a este ex capitán o no.
Nacido en Tunja, con cursos de lancero, de paracaidismo, de contraguerrilla, fue instructor en Tolemaida y fue condecorado en el Ejército.
González Sánchez dice que él no decidió ser paramilitar, sino que, desde que estuvo en la Escuela Militar, recibió un “adoctrinamiento anticomunista”, que vio, con 19 años, cómo sus superiores hacían limpieza social y cómo se empezaron a crear las primeras autodefensas.
González Sánchez dice que quiere ponerse cara a cara con sus víctimas y pedirles perdón; y que está dispuesto a que lo insulten.
“Me traería absoluta tranquilidad emocional y espiritual, ya que también me sentiría sanado”.
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