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¿Quién define lo “agresivo”? Críticas al estudio de La Silla Vacía sobre el lenguaje en X

El estudio de La Silla Vacía abre un debate necesario sobre el tono del debate público en redes sociales, pero sus debilidades metodológicas, la ambigüedad en sus categorías y la presentación selectiva de la información reducen su valor analítico

Quién define lo “agresivo
Quién define lo “agresivo

La reciente publicación de La Silla Vacía sobre los trinos “agresivos” en la red social X (antes Twitter) ha generado una fuerte controversia.

En su análisis, el medio asegura que entre las primeras diez cuentas que más han emitido contenido considerado agresivo desde enero de 2024, figuran personalidades políticas de alto perfil como el presidente Gustavo Petro, la periodista Vicky Dávila, y los senadores María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Miguel Uribe.

Sin embargo, más allá de los nombres, las críticas apuntan al enfoque metodológico del estudio y a los criterios empleados para definir la “agresividad”.

Uno de los principales cuestionamientos se centra en la falta de claridad sobre cómo se mide dicha agresividad.

¿Es lo mismo una crítica fuerte que un discurso de odio?

¿Se está contando como agresivo cualquier trino con tono confrontativo, incluso si denuncia hechos reales o responde a ataques previos?

El estudio queda en entredicho   

El estudio no aclara esto de forma rigurosa, lo que pone en entredicho su legitimidad y deja la puerta abierta a interpretaciones arbitrarias o incluso sesgadas.

Además, el informe parece equiparar actores muy distintos en su responsabilidad e impacto en el debate público.

Al poner en el mismo saco al presidente de la República, tuiteros, influencers y periodistas, se borra la línea entre los distintos niveles de poder, visibilidad y responsabilidad.

Esta equiparación es problemática porque difumina el contexto y reduce el análisis político a una métrica cuantitativa sin matices.

Así, se corre el riesgo de construir narrativas que deslegitiman al gobierno, presentando su defensa política como una forma más de agresión, cuando muchas veces es respuesta a campañas de desinformación o ataques sistemáticos.

Otro aspecto que ha despertado suspicacias es el tratamiento gráfico del informe.

Para ilustrar quiénes generan más agresividad, La Silla Vacía muestra una gráfica con solo cinco nombres.  En cambio, cuando se trata de mostrar quiénes reciben más agresividad, el gráfico incluye 21 cuentas.

La disparidad levanta sospechas sobre posibles sesgos editoriales:

¿Por qué ocultar o minimizar visualmente ciertos datos?

Algunos críticos consideran que se trata de proteger a figuras como Miguel Uribe, que figura como emisor destacado.

Más aún, el informe concluye que “las cuentas con lenguaje agresivo tienen más seguidores”, una afirmación respaldada por una gráfica de burbujas que, según observadores con formación en estadística, no demuestra ninguna correlación significativa.

El uso de una escala logarítmica, por ejemplo, podría haber permitido una mejor interpretación de los datos. Sin embargo, la presentación gráfica actual resulta confusa y no respalda con solidez la conclusión que pretende mostrar.

En particular, los trinos de Gustavo Petro han sido calificados como “agresivos” en el informe.

Pero sus seguidores argumentan que no se trata de odio, sino de verdades incómodas que confrontan directamente a la extrema derecha, la prensa hegemónica y las mafias políticas.

En lugar de atacar, Petro estaría respondiendo al hostigamiento y la difamación con claridad y firmeza.

Para ellos, este tipo de señalamientos forman parte de una estrategia sistemática para deslegitimar su discurso y, con él, al proyecto político que representa.

Finalmente, el estudio de La Silla Vacía abre un debate necesario sobre el tono del debate público en redes sociales, pero sus debilidades metodológicas, la ambigüedad en sus categorías y la presentación selectiva de la información reducen su valor analítico.

La discusión sobre la agresividad en el discurso político requiere más profundidad, transparencia y, sobre todo, contexto.


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Fuente: Hanwen Zhang en X

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