Durante el periodo en que Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”, desde la cárcel mantenía un control casi absoluto sobre Medellín, la administración municipal estuvo marcada por decisiones políticas que hoy generan controversia y debate.
Sergio Fajardo, entonces alcalde de Medellín, nombró a Gustavo Villegas como su Secretario de Gobierno y posteriormente como asesor de paz, una figura clave en las políticas de seguridad y reintegración social de la ciudad. Sin embargo, años después, Villegas sería condenado por sus vínculos con la estructura criminal conocida como la Oficina de Envigado.
Gustavo Villegas, quien también desempeñó roles importantes durante la administración de Federico Gutiérrez, fue acusado por la Fiscalía General de no combatir a la Oficina de Envigado como era su deber, sino de favorecerla.
Esta estructura criminal, que surgió tras la caída de Pablo Escobar, se convirtió en un actor determinante en el orden social y criminal de Medellín.
A pesar de las acusaciones contundentes, cuando Sergio Fajardo fue cuestionado sobre Villegas, su respuesta se limitó a destacar el trabajo que este realizó en el proceso de reinserción social, asegurando que su función consistía en mantener contacto constante con la Policía y con los desmovilizados.
Dos días después del descubrimiento de restos óseos en La Escombrera, Comuna 13 de Medellín, ni @sergio_fajardo ni @FicoGutierrez se han pronunciado.
— Juan el Mestizo (@elmestizojuan) December 21, 2024
Eso es la derecha y el uribismo: cobardes y con pecados horrorosos. pic.twitter.com/CjctMcN1Pj
El fin de Pablo Escobar no representó el fin del narcotráfico ni de la violencia en Medellín.
Su lugar fue ocupado por “Don Berna”, quien logró consolidar un poder que se extendió a través de alianzas con sectores de las fuerzas armadas y la clase política local.
Uno de los episodios más representativos de esta alianza fue la Operación Orión, un operativo militar que, bajo el pretexto de combatir a la insurgencia, dejó a cientos de desaparecidos y consolidó el control territorial de la Oficina de Envigado.
El concepto de la “Don Bernabilidad” surgió en este contexto: un pacto criminal que, durante la era de Sergio Fajardo como alcalde y Álvaro Uribe como presidente, buscaba reducir los homicidios en la ciudad a cambio de cederle el control social y territorial a “Don Berna”.
Bajo este esquema, se establecieron fronteras invisibles, se restringió la libre circulación entre barrios y se impusieron sanciones letales para quienes violaran las reglas impuestas por la estructura criminal.
Cuando Sergio Fajardo es cuestionado sobre este oscuro periodo de la historia de Medellín, su discurso se centra en el éxito del proceso de reinserción social y la transformación urbana de la ciudad.
Los señores @FicoGutierrez @sergio_fajardo no permitieron excavar en la escombrera.
— Serris 🌀 (@datoatipico) December 22, 2024
¡ALLÁ NO HAY NADA! decían…
¿Qué tienen que decir hoy? Sobre todo el señor que va por la presidencia por quinta vez y que tampoco permitió que se buscarán cuerpos en Ituango antes de taparlos…
Según Fajardo, su administración lideró un proceso transparente y reconocido internacionalmente.
Sin embargo, detractores y víctimas de la violencia han denunciado reiteradamente que esta transformación fue, en gran medida, una narrativa propagandística que ocultó las graves violaciones a los derechos humanos que ocurrieron durante su mandato.
Uno de los temas más sensibles es la Escombrera, un sitio utilizado presuntamente como fosa común tras la Operación Orión. Cientos de madres continúan buscando los restos de sus hijos desaparecidos en este lugar, sin que haya una respuesta clara por parte de las autoridades.
Cuando Fajardo fue cuestionado sobre su responsabilidad en la búsqueda de estos desaparecidos, evitó dar respuestas concretas y sugirió que se le preguntara a otro exalcalde, desestimando así la gravedad del tema y su posible inacción.
El papel de Juan Felipe Gaviria, gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM) durante la administración de Fajardo, también ha sido objeto de controversia.
Gaviria era miembro de la junta directiva de “El Cóndor”, la empresa que operaba en la Escombrera, lo que ha generado sospechas sobre su posible conocimiento o participación en el manejo de este espacio como fosa común.
Ante estas acusaciones, Fajardo simplemente señaló que Gaviria fue un excelente gerente y que cuidó EPM de manera admirable, sin abordar las implicaciones de su relación con la empresa cuestionada.
La compleja red de alianzas entre actores políticos, criminales y económicos durante la administración de Fajardo sigue siendo un tema de debate.
Al señor @sergio_fajardo, que últimamente tanto le importa Colombia, lo veo muy callado sobre el hallazgo de los restos humanos en la Escombrera de la Comuna 13. ¿Qué tiene que decir al respecto? 🤔
— Derli López (@derlilopeza) December 21, 2024
Sombras que lo acompañaran de por vida
A pesar de los logros tangibles en materia de educación, urbanismo y reducción de indicadores de violencia, persisten las sombras sobre la responsabilidad de su administración en hechos que marcaron de manera profunda la historia de Medellín.
Este periodo refleja los dilemas éticos y políticos que enfrentan las administraciones en contextos de posconflicto y criminalidad organizada.
Mientras algunos defienden los avances alcanzados, otros exigen justicia y rendición de cuentas sobre las graves omisiones y presuntas alianzas con estructuras criminales.
Lo cierto es que la figura de Gustavo Villegas y el silencio cómplice sobre episodios como la Escombrera continúan siendo cicatrices abiertas en la memoria colectiva de Medellín.
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