Se necesita ser muy joven y/o inexperto para pensar que la propuesta de hacer un ferrocarril en Colombia que una el sur con el norte desde Buenaventura hasta Santa Martha sea ficción o populismo.
Colombia en el siglo pasado contó con una amplia línea férrea que unía el Pacifico con el Atlántico y conectaba a Bogotá con la Costa Atlántica.
Eso no tiene nada de ficción, ni de populismo ni de mentiras, cualquier persona mayor de 50 años pueda dar fé que es cierto, que en el siglo pasado esas líneas férreas funcionaban.
Así que si un candidato presidencial propone reconstruir esos caminos debería ser una luz de esperanza a ver si por fín los colombianos del siglo 21 se conectan a las realidades que viven los países más desarrollados del planeta y podemos por fín volver a utilizar el tren como medio de transporte.
Lamentable que la politiquería y la falta de preparación y liderazgo de algunos candidatos a la presidencia, en vez de aportar al fortalecimiento de la idea, la ridiculizan y tratan de despedazarla, condenándonos a seguir en el atraso en que estamos
El ferrocarril fue un invento que revolucionó la economía en el siglo XIX pues permitió trasladar mercancías de los lugares de producción, el campo, al lugar de manufactura, en las ciudades.
Aquí en Colombia lo tuvimos y el neoliberalismo y la corrupción lo dejaron acabar, es hora de recuperarlo
El ferrocarril es más barato, más seguro, más eficiente y más amigable con el medioambiente. Una sola locomotora reemplazaría a 30 camiones, por ejemplo, reduciendo además el gasto en el pago de peajes en las vías.
Todos los países desarrollados y muchos en vía de desarrollo cuentan con redes de vías ferroviarias. Por tanto, es posible viajar en tren a un sinfín de lugares alrededor del mundo.
Estas fueron las rutas de trenes en Colombia que funcionaban en el siglo pasado: (tomado RTVC)
Pacífico
El tren del Pacífico es una de las obras más importantes de la ingeniería colombiana. No sólo por el reto que significó subir una cordillera y atravesarla, sino porque fue la posibilidad de que el interior del país se conectara con el mar.
Huila y Tolima
Esta región es una de las más exuberantes del país. A lado y lado de los caminos crecen gigantescos samanes donde los animales se refugian del inclemente sol. La belleza de estos paisajes mereció que José Eustasio Rivera llamara a esta región “tierra de promisión”. En ella nace el río Magdalena, habitan el Nevado del Huila, el Nevado del Tolima y se asoma el de Santa Isabel.
Expreso del Sol
Paralelo al Río Grande del Magdalena se construyó una de las líneas férreas más recordadas de Colombia. Empezaba en la fría Bogotá y terminaba en las playas de Santa Marta. A esta ruta se le conoció con el nombre de “Expreso del sol” y su importancia fue enorme porque comunicó a medio país con el mar. Por sus rieles salieron y entraron miles de productos que hicieron crecer la economía nacional.
Ruta del Café
Durante gran parte del siglo XX el café fue el producto más importante de la economía colombiana. Pero de nada servía tener uno de los mejores cafés del mundo si no había cómo sacarlo al mar. Esa es justamente la importancia de esta línea férrea, que permitió a los productores llevar su café a los mercados internacionales.
La Guajira
La línea férrea que atraviesa La Guajira es privada y sirve para sacar al mar el carbón que se explota en las minas de El Cerrejón. Su recorrido es completamente recto y atraviesa por toda la mitad las tierras de la comunidad wayuu. A su paso el tren deja un silbido agudo que espanta los chivos y despierta la inmensidad del desierto.
Fuente: Radio Nacional de Colombia
