Julián Martínez es el periodista socio de Gonzalo Guillen y en las últimas horas ha sacado (2) dos informes relacionados con los Falsos Positivos en Colombia que muestran el drama y la crueldad de esta tragedia vivida en Colombia.
Las madres de Soacha denunciaron en septiembre de 2008 que sus hijos desaparecidos fueron presentados como guerrilleros muertos en combates con el Ejército a cientos de kilómetros de sus hogares, en el departamento de Norte de Santander, destapando un escándalo judicial conocido como “falsos positivos”, un fenómeno sin antecedentes a nivel mundial que se disparó en Colombia con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002 – 2010) en el marco de su política de “seguridad democrática”.
Estas mujeres sufren las fatales consecuencias de vivir en un país en guerra.
La política de «seguridad democrática” se fundó en agosto de 2002 en el Batallón La Popa de Valledupar, departamento del Cesar, en donde se produjeron al menos 146 ejecuciones extrajudiciales mientras era comandada por el coronel Publio Hernán Mejía, quien se sometió a la JEP, aunque no reconozca la autoría de estos crímenes por los que fue condenado en la justicia ordinaria.
Uribe nombró en febrero de 2006 al general Mario Montoya Uribe como comandante del Ejército para aumentar los resultados operacionales.
Sobre esos oficiales del Ejército existen acusaciones de ejecuciones extrajudiciales para inflar las cifras de resultados de la “seguridad democrática”.
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