El 14 de noviembre de 1985, es asesinado por desconocidos en la puerta de su residencia en el barrio Uribe Uribe, cuando regresaba de sesionar en el Concejo Municipal de Barrancabermeja.
Sin embargo, su muerte no tuvo la resonancia mediática merecida toda vez que para esos días se llevaban a cabo en el país dos lamentables acontecimientos que empañaron la vida nacional: La toma del Palacio de Justicia por parte del M-19 y la avalancha de Armero (Tolima) en donde murieron mas de 25.000 compatriotas. Estas dos noticias catapultaron la muerte de Lara Parada, uno de los fundadores del ELN en los años 60.
Ricardo Lara Parada, es el guerrillero barranqueño más conocido a nivel internacional y el primer insurgente, que luego de estar por más de 10 años en la clandestinidad, amparándose en una amnistía del entonces presidente Belisario Betancur, presenta su nombre ante el pueblo para una elección democrática, resultando elegido concejal del Municipio de Barrancabermeja.
Después de Lara Parada se presentaron muchos casos similares, como el de Antonio Navarro Wolf en Pasto o Rósemberg Pabón en Yumbo (Valle), pero la historia le reconocerá siempre a Ricardo Lara Parada el hecho de haber sido el primer insurgente en Colombia en haber sido elegido, democráticamente, a un cargo de elección popular y haberse posesionado. (Recordemos que Rafael Rangel Gómez alcanzó a ganar una curul en la Cámara de Representantes en los años 60, pero no alcanzó a posesionarse debido a una peritonitis).
Ricardo Lara Parada fue concejal de Barrancabermeja.
Nacido en corregimiento de El Centro (Santander) el 12 de octubre de 1939, es hijo de don Víctor Sócrates Lara Camargo y doña Ulda María Parada Arias (ambos fallecidos). Inicialmente quiso estudiar medicina, pero posteriormente decide estudiar ingeniería química en la Universidad Industrial de Santander, UIS.
Al cabo de año y medio se da cuenta que eso no es lo suyo y pasa de la ingeniería al activismo político en los sectores de la izquierda. Fue entonces cuando comprendió que para lograr en Colombia un verdadero cambio, había que buscar otras alternativas distintas al bipartidismo. En esa coyuntura se le presenta la oportunidad para ir becado a la isla de Cuba que por esos días contaba con la expectativa generada por la revolución de Fidel Castro que inició en 1959.
Las intenciones de Ricardo Lara, de estudiar en Cuba, le duraron solo 3 meses, hasta cuando los Estados Unidos bloquearon militarmente a la isla en octubre de 1962.
Comandantes de la revolución en Cuba les ofrecieron a los estudiantes colombianos recién becados, evacuarlos del país y así evitarles problemas en esos días en que esperaban un ataque del ejército norteamericano. Los 27 muchachos, (entre ellos Lara Parada), se reunieron y discutieron rápidamente el asunto y al final 22 de ellos, Ricardo Lara incluido, dieron la respuesta aceptando quedarse en la isla con la única condición de que les dieran preparación militar para estar en condiciones de defenderse al momento de los ataques.
A partir de ese momento recibió instrucciones sobre manejo de armas, edificación de trincheras y desplazamiento militar. De ahí surgió la idea de armar un grupo insurgente en Colombia.
Así las cosas, de regreso a Colombia, los ciudadanos Fabio Vásquez Castaño, Víctor Medina Morón y Roberto Reina lograron fundar el ELN.
Nace el ELN el 4 de julio de 1964 en la zona rural de la vereda La Fortuna, cerca al cerro Los Andes en el municipio de San Vicente de Chucurí, Santander (donde había operado la guerrilla liberal de Rafael Rangel, entre 1948 a 1950) con 16 hombres gracias a la mediación de Heliodoro Ochoa de la JUCO de San Vicente de Chucurí; varios ex compañeros de Rangel se unen al ELN: José Ayala, Pedro Gordillo (alias “Capitán Parmenio”, cuñado de “Gabino”), Hernán Moreno, Domingo Leal y Luis José Solano Sepúlveda (“Pedrito”), y Nicolás Rodríguez alias “Gabino” quien ingresa contando 14 años en 1964 siendo reclutado por Fabio y animado por su padre (liberal radical), después entran dos familiares más.
El 7 de enero de 1965, bajo el gobierno de Guillermo León Valencia, 22 guerrilleros del ELN, guiados por alias “El Tuerto”, realizan la primera incursión armada guerrillera en la historia de Colombia con la toma de Simacota (cuidado por cinco policías, los cuales mueren, igual que una niña por una bala perdida) donde dan a conocer el “Manifiesto de Simacota”, en esta acción muere alias “Capitán Parmenio” emboscando al Ejército que venía del Socorro; desertan dos elenos, entre ellos Manuel Muñoz que los delata y ello permite la captura de dos elenos mas; Fabio Vásquez firma el manifiesto como alias “Carlos Villareal” y Víctor Medina como alias “Andrés Sierra”, y apuntan la consigna de José Antonio Galán: “¡Ni un paso atrás!, ¡Liberación o Muerte!”.
Posteriormente sigue el ataque a Papayal (Norte de Santander) por la columna de Ricardo Lara Parada (entonces en Barrancabermeja), el 3 de febrero, con dos policías muertos y heridos de ambos bandos, para permitir la huida de los otros. Fabio Vásquez hizo morir los primeros enjuiciados como Esteban Ríos y Florencio Amaya.
Ricardo Lara dura casi 10 años en el monte y se retira por divergencias con sus compañeros.
El 23 de noviembre de 1973, Ricardo Lara Parada cancela su vinculación con el ELN separándose definitivamente del grupo. De esa manera Ricardo se fue sin armas para no afectar al grupo, llegó a un rancho campesino después de una jornada de 16 horas de camino y muy fatigado pidió auxilio a un campesino que lo atendió y le facilitó el descanso.
Sin embargo, se confió del hombre y fue cuando cometió la ligereza de revelarle su verdadera identidad. Al otro día, con el pretexto de comprar unas pastillas, el campesino regresó con toda una escuadra de militares. «Pudo más con su alma el millón de pesos que ofrecían por mi», decía muchos años despues Ricardo Lara Parada.
Ya en poder de los militares fue presentado a los medios de comunicación del país e inicialmente condenado a 42 años de prisión en el llamado “Consejo de Guerra del Siglo”, sin embargo, el juicio cayó por errores procedimentales, quedando la condena solo a 4 años y un mes, que terminó de purgar el 3 de octubre de 1978.
Una vez libre se traslada a Ciudad de Panamá y le colabora al general Omar Torrijos en su proceso político. Al lado de Torrijos conoce de cerca al escritor colombiano Gabriel García Márquez con quien entabló una buena amistad.
De regreso a Colombia se acogió a la amnistía ofrecida por el gobierno del presidente Belisario Betancur. Llega a Barrancabermeja con la intención de abrir una librería, pero la insistencia de sus más cercanos amigos lo motivaron a fundar el FAM (Frente Amplio del Magdalena Medio). Con un magnetismo que ejerce sobre la población, Ricardo es elegido concejal de Barrancabermeja. Para el año de 1985, se había convertido en el más enconado crítico del clientelismo político de la ciudad.
El 14 de noviembre de 1985, es asesinado por desconocidos en la puerta de su residencia en el barrio Uribe Uribe, cuando regresaba de sesionar en el Concejo Municipal de Barrancabermeja. Su muerte no tuvo la resonancia merecida toda vez que para esos días se llevaban a cabo en el país dos lamentables acontecimientos que empañaron la vida nacional : La toma del Palacio de Justicia por parte del M-19 y la avalancha de Armero (Tolima) en donde murieron mas de 25 mil compatriotas.
Carlos Velandia, ex comandante del ELN e integrante de la dirección nacional dice al respecto: «Producto de confrontaciones políticas internas, Fabio Vásquez —jefe máximo de la organización guerrillera— interpretó que había una disputa por el poder y que le estaban moviendo la silla. A Ricardo Lara le organzan un juicio y antes de que lo fusilaran, Ricardo tomó la decisión de desertar. Esto el ELN lo juzgó como un actro de traición y la traición en la guerrilla se paga con la vida».
María del Rocio Agudelo Hernández (1941 – 2007) y quien se desempeñó como Oficial Mayor del Concejo Municipal de Barrancabermeja, fue la compañera sentimental de Ricardo, siempre en sus luchas y batallas, con quien tuvo 2 hijos: Mónica Yarima Lara Agudelo, —psicologa, Universidad Piloto de Colombia, ha desempeñado su profesión en los sectores mas vulnerables de Bogotá, soltera, con dos hijos: Angie Marcela, Josue David Ardila Lara— y Fernando Lara Agudelo, técnico en sistemas de información y abogado, casado con tres hijas: Maria Fernanda, Manuela y Maria Camila Lara.
Su hija Mónica Lara recuerda a su padre como “un visionario, un revolucionario de verdad, que cuando vio la necesidad en la época como único recurso de levantarse en armas, por la inequidad y la justicia, lo hizo, pero también cuando vio que las armas no eran el camino, tomó la decisión y las dejó. Y siguió haciendo la revolución, pero con la palabra, con las ideas, en Barrancabermeja, en su terruño, en su pueblo, con su gente, con el brazo de la base, como decía él … un pionero de paz”.
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