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El de las EPS con la salud es “el desfalco del siglo” dice Carolina Corcho

¿Por qué un sector de la prensa ha guardado silencio ante este escándalo nacional? billones rodando sin control mientras los pacientes rogaban por un tratamiento médico, la oposición hizo creer que el responsable de la crisis Gustavo Petro

La declaración de Carolina Corcho, exministra de Salud, sobre el desfalco del sistema de salud colombiano ha generado un intenso debate en el país, especialmente por la magnitud de las acusaciones y las implicaciones que estas tienen para el modelo actual de atención médica. 

Según Corcho, este desfalco constituye “el desfalco del siglo”, el hecho de corrupción más grave en la historia reciente de Colombia. Sus palabras no solo denuncian un colapso ético en la gestión de los recursos destinados a la salud, sino que también plantean preguntas incómodas sobre el rol de los actores políticos, económicos y mediáticos en esta crisis.

El desfalco en la salud: una tragedia nacional

Las declaraciones de Corcho revelan una realidad indignante: “mientras miles de colombianos morían por enfermedades curables o sufrían por la falta de acceso a tratamientos médicos, billones de pesos destinados a la salud eran desviados para enriquecer a un grupo reducido de personas”. 

Esta corrupción no solo afecta las arcas públicas, sino que también tiene un impacto directo y devastador en la vida de los pacientes. 

Los testimonios de personas que han tenido que enfrentar largas esperas por atención, medicamentos escasos o la negativa de procedimientos esenciales son prueba de un sistema que ha fallado en su misión principal: garantizar el derecho fundamental a la salud.

El modelo actual, basado en intermediarios financieros como las EPS (Entidades Promotoras de Salud), ha sido ampliamente criticado por priorizar el lucro sobre el bienestar de los pacientes. 

Según las investigaciones, muchas EPS han incurrido en prácticas fraudulentas como el cobro de servicios no prestados, la manipulación de facturas y la retención de recursos que deberían destinarse a la atención médica. 

Esto ha llevado a la quiebra a hospitales públicos y a la precarización laboral del personal de salud, mientras las utilidades de ciertos empresarios se disparaban.

El silencio mediático y el manejo político del escándalo

Uno de los puntos más controversiales mencionados por Corcho es el “tímido cubrimiento mediático” que ha tenido este escándalo, especialmente considerando la magnitud de los hechos. 

¿Por qué un sector de la prensa ha guardado silencio o ha abordado este tema de manera superficial? 

Las posibles respuestas son complejas. Por un lado, puede haber intereses económicos y políticos que condicionen el tratamiento informativo de ciertos medios. 

Algunos conglomerados mediáticos tienen vínculos con sectores empresariales o políticos que podrían estar involucrados en estas prácticas corruptas, lo que podría explicar una falta de profundidad en la cobertura.

Por otro lado, también se ha señalado cómo la narrativa mediática ha intentado desviar la atención hacia el gobierno de Gustavo Petro, culpándolo de la crisis en la salud. 

Esto, a pesar de que el gobierno actual no solo denunció el desfalco, sino que también está proponiendo una reforma para abordar las raíces del problema. Es evidente que esta estrategia busca confundir a la opinión pública y evitar un escrutinio más riguroso sobre los responsables reales del saqueo al sistema de salud.

La reforma a la salud: una solución necesaria

El gobierno de Gustavo Petro y la exministra Carolina Corcho han planteado una reforma al sistema de salud que busca eliminar a los intermediarios financieros y fortalecer la atención primaria, descentralizando los servicios y garantizando su universalidad. 

Sin embargo, esta propuesta ha enfrentado una fuerte oposición, no solo de sectores políticos, sino también de grupos empresariales que tienen intereses en mantener el modelo actual.

La oposición ha argumentado que la reforma representa una amenaza para la sostenibilidad del sistema y la calidad de la atención. Sin embargo, esta postura ignora el contexto del desfalco y la ineficiencia del modelo vigente, que ha dejado a millones de colombianos sin acceso adecuado a servicios médicos. 

Para muchos, la reforma es un intento necesario y valiente de corregir un sistema que ha priorizado el enriquecimiento de unos pocos sobre la salud de la población.

El desfalco en la salud es una tragedia humanitaria

El desfalco en la salud no es solo un escándalo de corrupción; es una tragedia humanitaria que pone en evidencia las fallas estructurales de un modelo de salud que ha permitido que los recursos públicos se desvíen de manera impune. 

Las declaraciones de Carolina Corcho son un llamado de atención para que la sociedad colombiana no solo exija justicia, sino que también impulse un cambio de fondo en la manera en que se administra la salud.

Asimismo, es urgente cuestionar el papel de los medios de comunicación en la construcción de la narrativa sobre este escándalo. 

El silencio o la tergiversación no solo protegen a los responsables, sino que también perpetúan un sistema injusto. La salud debe ser un derecho garantizado para todos, y para lograrlo es fundamental romper con las estructuras de corrupción y avanzar hacia un modelo que ponga la vida y el bienestar de las personas en el centro.


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