En un contexto de cambio generacional en la política colombiana, el ex presidente Ernesto Samper ha dirigido un mensaje al ex presidente César Gaviria en el que expresa su opinión sobre la necesidad de abrir el Partido Liberal a la participación y liderazgo de las nuevas generaciones.
En este consejo, Samper apela a su experiencia como dirigente y ex mandatario para señalar que, al igual que en su momento él y otros políticos liberales tuvieron la oportunidad de liderar y renovar el partido, es tiempo de que la nueva generación tenga el mismo espacio para tomar decisiones y establecer el rumbo que desean para esta colectividad.
Samper destaca la importancia de que figuras jóvenes y nuevas en el Partido Liberal puedan asumir posiciones de liderazgo, de manera que logren conectar con un electorado que, cada vez más, busca propuestas frescas y representativas de los tiempos actuales.
El consejo no solo es un llamado a Gaviria, quien ha tenido un rol de liderazgo en el Partido Liberal durante décadas, sino una invitación a abrir el partido a una verdadera renovación que permita proyectar una imagen moderna, inclusiva y adaptable a los cambios de la sociedad.
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Samper enfatiza que permitir esta transición no solo significa una apuesta por la democracia dentro del partido, sino una manera de asegurar su relevancia en el panorama político colombiano.
Al oído del expresidente César Gaviria: con todo respeto, estimado expresidente y colega dejemos que la gente joven del liberalismo tenga la misma oportunidad de gobernar el partido que nosotros tuvimos hace algunos años y que nos permitió llegar a la Presidencia de la República.…
— Ernesto Samper Pizano (@ernestosamperp) October 31, 2024
Este mensaje, a la vez respetuoso y crítico, plantea una advertencia sobre las consecuencias de mantener un liderazgo cerrado y basado en las figuras de siempre.
Según Samper, si no se abre el Partido Liberal a nuevas voces, corre el riesgo de quedar atrapado en las polarizaciones ideológicas que, en la actualidad, limitan las posibilidades de diálogo y construcción pluralista.
La polarización, de hecho, es uno de los mayores retos en la política colombiana actual, con posiciones cada vez más enfrentadas y menos espacios para el consenso.
En un ambiente así, señala Samper, el liberalismo puede perder su esencia y su función histórica de representar una opción democrática, pluralista y moderada dentro del espectro político colombiano.
Samper recuerda cómo el Partido Liberal, en su momento, fue una plataforma que les permitió a él y a Gaviria acceder a la Presidencia de la República, en épocas donde el partido tenía un peso significativo y era una fuerza representativa en la política nacional.
Al hacer esta comparación, sugiere que permitir que los jóvenes tomen el timón podría revivir esa fortaleza que alguna vez caracterizó al partido, devolviéndole un peso relevante en la toma de decisiones nacionales y volviendo a conectar con las necesidades de una sociedad que ha cambiado en las últimas décadas.
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Además, la recomendación de Samper sugiere un modelo de liderazgo compartido y generoso, en el que las figuras veteranas del liberalismo confían en las capacidades de las nuevas generaciones y facilitan su ascenso.
En un momento donde el descontento y la falta de representatividad se han vuelto factores determinantes en el voto joven, permitir una transición generacional en el Partido Liberal podría ser una respuesta positiva, ofreciendo una opción de renovación y acercamiento con un segmento del electorado que, por lo general, percibe a los partidos tradicionales como estructuras anquilosadas y poco representativas de sus intereses.
El llamado de Samper también pone de relieve los riesgos de quedarse en un esquema tradicional de liderazgo, donde las mismas personas ocupan los cargos de poder por años, bloqueando la posibilidad de cambio.
Frente a una próxima campaña electoral, en la que el partido enfrentará grandes desafíos y deberá medirse ante una ciudadanía crítica y demandante de cambios, una renovación podría significar la diferencia entre mantenerse relevante o perder protagonismo.
La capacidad de atraer a nuevos votantes y de representar una opción atractiva dependerá en gran medida de la capacidad del partido para abrir espacios a nuevas ideas y liderazgos.
El consejo de Samper a Gaviria no solo es un llamado a ceder el poder a las generaciones más jóvenes, sino una reflexión sobre el rumbo del Partido Liberal en un contexto político donde el cambio, la inclusión y la adaptabilidad a las demandas sociales son imprescindibles.
La transición generacional no es solo una opción sino una necesidad para que esta colectividad se mantenga viva y relevante en la política, representando a una diversidad de ciudadanos y alejándose de la polarización que amenaza con fracturar las opciones de un liberalismo democrático y pluralista.