
Colombia celebra la condena en primera instancia contra el expresidente y jefe máximo del partido Centro Democratico, Álvaro Uribe Vélez: La justicia triunfa, mientras la vieja clase política y sus medios de comunicación se desesperan.
Este lunes, Colombia fue escenario de una jornada histórica que dejó al país dividido en dos: la gran mayoría de los colombianos celebraron la condena en primera instancia contra el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, mientras una minoría, representada por los dirigentes de los partidos tradicionales y su prensa aliada, intentaba, a toda costa, deslegitimar el fallo.
Los cargos que pesan sobre Uribe, fraude procesal y soborno de actuación penal, son los primeros en una larga serie de casos que podrían terminar por darle un giro a la historia política del país.
Un toque de justicia
Por un lado, las calles se llenaron de alegría, con ciudadanos que consideraban que, finalmente, un hombre que había sido intocable por años, uno de los mayores exponentes de la vieja política colombiana, recibiría un toque de justicia.
Para muchos, esta condena significó una pequeña victoria ante el abuso de poder y la impunidad que había reinado durante décadas en el país.
Sin embargo, mientras el pueblo celebraba, los medios de comunicación tradicionales mostraban una realidad muy distinta, la cual se centraba principalmente en las voces de la clase política tradicional, que a una sola voz se solidarizó con Uribe y atacó la independencia judicial.
Fuerte mensaje de Iván Cepeda
«Quienes deben confesar no son únicamente guerrilleros, paramilitares o militares«, expresó Iván Cepeda, quien, tras años de lucha, se convirtió en el principal ganador de este proceso judicial.
El senador, quien ha sido víctima de una serie de ataques por parte de la élite política, reafirmó que, a través de este fallo, se visibilizó el verdadero rostro de aquellos que se beneficiaron del conflicto armado, de la violencia y de los crímenes cometidos, y que por mucho tiempo se presentaron como figuras intachables.
Mensaje al uribismo
Mientras tanto, los analistas independientes no tardaron en lanzar un contundente mensaje a los pocos seguidores que aún quedaban al ex presidente Uribe. En especial, a los congresistas de la ultraderecha republicana en Estados Unidos, que han criticado el fallo sin conocer los detalles, impulsados más por sectarismo que por el análisis.
En tono sarcástico, les recordaron a estos sectores que Uribe Vélez, con 180 denuncias abiertas ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes y 28 procesos judiciales en su contra, es solo una pequeña parte de la historia, pues ha sido investigado por vínculos con grupos paramilitares, narcotráfico y la ejecución de más de 6,000 falsos positivos durante su mandato.
Que haya sido condenado por fraude procesal y soborno, y que probablemente se le otorgue una detención domiciliaria, representa una victoria «suave«, en comparación con las acusaciones más graves que aún están pendientes.
La paradoja del momento radica en la actitud del uribismo.
Hace pocos días, los defensores del ex presidente se presentaban como los paladines de las instituciones, acusando al gobierno de Gustavo Petro de querer destruirlas. Pero hoy, cuando la justicia ha tomado una decisión en contra de uno de los suyos, rápidamente cambiaron de postura, atacando a la juez y pidiendo represalias internacionales contra el país.
Este comportamiento, tachado de cinismo puro, no pasa desapercibido para muchos analistas políticos, quienes señalan la inconsistencia y la falta de principios de aquellos que, a lo largo de los años, han claudicado ante el poder y la impunidad.
Sandra Heredia emergió como heroína
En medio de este convulsionado escenario, la figura de la Juez Sandra Heredia emergió como una heroína para muchos. Enfrentándose al inusitado acoso mediático y político, su valentía al tomar la decisión de condenar a Uribe, en un contexto tan polarizado y bajo tanta presión, fue reconocida por ciudadanos y figuras públicas, quienes le expresaron su admiración y gratitud.
«Toda mi admiración y respeto a la Juez Sandra Heredia«, dijo un analista político en redes sociales.
Uribismo irrespeta a las instituciones
Por último, los seguidores más acérrimos del uribismo continúan defendiendo a su líder, asegurando que Uribe es inocente, «aunque lo condenen».
Este tipo de afirmaciones es un claro reflejo de la desconexión con las instituciones y la legalidad, pues no solo rechazan un fallo judicial, sino que además se atreven a ignorar el principio fundamental del Estado Social de Derecho: la necesidad de acatar los fallos, aunque no se esté de acuerdo con ellos. Como bien se dice en Colombia, «los fallos se acatan«.
Este episodio marca un antes y un después en la historia judicial y política del país, en la que, por fin, parece que la justicia está dando el paso necesario para ponerle fin a la impunidad de aquellos que durante años han jugado con las reglas del poder.
Sin embargo, queda claro que aún queda un largo camino por recorrer en la lucha contra la corrupción y el abuso de poder en Colombia.