
La empresa Thomas Greg & Sons, fundada por Gregorio Bautista en 1960, ha sido una de las firmas más polémicas en la historia reciente de Colombia, especialmente por su estrecha relación con el poder político y los millonarios contratos que ha obtenido con el Estado.
Su origen, aunque aparentemente legítimo, está marcado por una serie de cuestionamientos sobre su historial judicial y su papel en la gestión de pasaportes y elecciones, lo que ha generado un abierto conflicto con la administración del presidente Gustavo Petro.
Thomas Greg & Sons, cuya sede está ubicada en Guernsey, una isla del canal de la Mancha reconocida como paraíso fiscal, fue originalmente creada como la representación colombiana de la empresa británica Thomas de la Rue.
A través de décadas, ha evolucionado hasta convertirse en una firma influyente, no solo en el ámbito de la producción de documentos de seguridad, sino también en la gestión de procesos electorales en Colombia.
Sin embargo, más allá de su éxito comercial, la compañía ha sido acusada de prácticas corruptas, incluidas denuncias de fraude en sus inicios.
Quienes son Thomas Greg & Sons
Los fundadores de la firma, Fernando, Camilo y Felipe Bautista, han logrado eludir un oscuro pasado judicial, a pesar de que ambos, Fernando y Camilo, fueron condenados en Estados Unidos en la década de 1980 por defraudar a 25 bancos estadounidenses a través de embarques falsificados de café colombiano.
A pesar de haber cumplido breves penas de prisión, la relación de los Bautista con el crimen financiero no desapareció, lo que levantó sospechas sobre la legitimidad de sus operaciones.
Los amigos en la política
Uno de los aspectos más inquietantes de la historia de Thomas Greg & Sons es su vinculación con políticos de alto perfil. A lo largo de los años, ha sido habitual que figuras políticas como Andrés Pastrana, Juan Manuel Santos, Noemí Sanín y Ricardo Lozano, entre otros, ocupen puestos clave en su junta directiva.
Esta cercanía con el poder político no solo ha permitido que la empresa obtenga jugosos contratos, sino que también ha suscitado temores sobre posibles conflictos de interés y manipulación de procesos electorales.
En 2016, la entonces senadora Claudia López denunció que, a partir de la llegada de Santos a la Presidencia en 2010, Thomas Greg & Sons experimentó un auge económico desmesurado, logrando contratos millonarios con el gobierno para la gestión de pasaportes y otras funciones clave, como la producción de tarjetones electorales.
Santos ocupó un puesto en la junta directiva de la compañía hasta 2006, lo que alimentó aún más las sospechas de que el poder político y económico estaban demasiado entrelazados.
Petro no los quiere
Bajo la administración de Gustavo Petro, la relación entre el Estado colombiano y Thomas Greg & Sons ha sido tensa. El presidente ha expresado en varias ocasiones su desconfianza hacia la empresa, señalando que su historia de corrupción y sus vínculos con figuras políticas cuestionables representan un peligro para la democracia y la transparencia en los procesos electorales.
El hecho de que la empresa siga siendo la encargada de la producción de pasaportes y de gestionar los tarjetones electorales genera una alarma constante en los sectores que apoyan el gobierno de Petro, quienes temen que la firma continúe manipulando estos procesos a su favor.
Duros de sacar
Increíblemente, a pesar de las denuncias y de los intentos del presidente Petro por deshacer los contratos con Thomas Greg & Sons, la prensa tradicional y la clase política opositora al gobierno Petro han defendido a la firma, argumentando que es la única empresa confiable y con la capacidad técnica para manejar las elecciones y la emisión de pasaportes en Colombia.
Este apoyo ha mantenido a la firma en una posición dominante, a pesar de los cuestionamientos éticos y judiciales que persiguen su historia.
Petro busca desmantelar un sistema corrupto
A lo largo de los años, Thomas Greg & Sons ha consolidado una posición privilegiada en Colombia, pero su relación con el poder, sus oscuros antecedentes y la controversia generada por su vínculo con los enemigos del actual gobierno de Petro hacen que su futuro en el país siga siendo incierto.
Mientras Petro continúa luchando por desmantelar lo que considera un sistema corrupto, la firma sigue contando con el respaldo de sectores clave de la política y la prensa, lo que augura una batalla prolongada por el control de estos procesos fundamentales para la democracia colombiana.
Definitivamente detrás de cada líder opositor al gobierno de Petro hay un contrato o un privilegio perdido o a punto de perder