
Este domingo 11 de mayo, en plena celebración del Día de la Madre, una publicación del periodista y humorista Daniel Samper Ospina desató una fuerte ola de indignación en redes sociales, al compartir una imagen generada por inteligencia artificial que utilizó el dolor de las víctimas de violencia de género como recurso cómico para burlarse del ex senador Gustavo Bolívar.
La reacción fue inmediata, intensa y unánime
La publicación fue condenada por trivializar una problemática profundamente dolorosa y vigente, particularmente sensible en un día dedicado a las madres, muchas de las cuales son precisamente víctimas de este tipo de violencia.
La imagen en cuestión mostraba una escena manipulada digitalmente en la que se ridiculizaba a Bolívar a través de una representación que evocaba claramente situaciones de maltrato, lo que muchos usuarios catalogaron como una banalización inaceptable del sufrimiento de miles de mujeres en Colombia y el mundo.
Aunque Samper solía usar el humor político como herramienta de crítica, esta vez la línea fue cruzada peligrosamente, dejando atrás la sátira para caer en una forma insensible de burla que reavivó heridas profundas.
Para muchos internautas, lo más grave no fue solo la publicación en sí, sino lo que representa: el privilegio y desconexión de ciertas élites que, desde la comodidad de su posición social, hacen “chistes” con temas que jamás han vivido ni comprendido en carne propia.
“Lo de Daniel Samper Ospina no es solo un mal chiste, es el reflejo de una élite que se ríe del dolor que nunca ha vivido. Cuando la violencia contra las mujeres se convierte en stand-up, el problema no es el comediante: es la sociedad que lo aplaude”, escribió una usuaria en X (antes Twitter), recogiendo el sentir de muchos.
Este tipo de “humor” no solo es torpe, sino profundamente peligroso.
Normaliza y trivializa el maltrato, despojándolo de su gravedad, y envía un mensaje desalentador a las víctimas: que su dolor puede convertirse en un meme si conviene a una narrativa de burla política.
La crítica no vino solamente desde los sectores progresistas o feministas; figuras de distintas orillas ideológicas coincidieron en que usar la violencia de género como herramienta de burla, incluso para atacar a un rival político, no tiene justificación ética ni estética.
Más allá del personaje de Gustavo Bolívar, la molestia no es por defenderlo, sino por el recurso utilizado.
La violencia doméstica es una realidad brutal que atraviesa todos los estratos sociales y que, en Colombia, cobra la vida de decenas de mujeres cada mes.
Convertir ese dolor en un instrumento de “humor” no solo es ofensivo: es inhumano.
Samper, hasta el momento, no ha ofrecido disculpas públicas ni ha retirado la publicación. Algunos usuarios exigieron que plataformas como Instagram y X tomen medidas al respecto, al considerar que la imagen incita a la revictimización y vulnera los derechos de las mujeres.
También hubo llamados a los medios que aún lo invitan como columnista o panelista, solicitando que reconsideren el espacio que le brindan a quien hoy está en el centro de una polémica ética de gran calado.
No tiene gracia
En un país con cifras alarmantes de feminicidios, violencia intrafamiliar y falta de acceso a justicia para las víctimas, que una figura pública con visibilidad masiva contribuya a normalizar este horror, aunque sea bajo la excusa del “humor”, es un síntoma claro de una sociedad que aún no entiende la dimensión del problema.
El Día de la Madre debería ser un espacio para visibilizar y denunciar la violencia que sufren muchas mujeres. En lugar de eso, el país amaneció discutiendo sobre un «chiste» que no tiene gracia.
Un chiste que, para muchas, representa una bofetada más. ¿Hasta cuándo se seguirá premiando la burla de los poderosos frente al dolor ajeno?
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Fuente: Derli López en X y Esther Castro en X