El alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, enfrenta un escándalo de corrupción relacionado con la desaparición de material de alumbrado público inservible, conocido como «chatarra».
Este caso ha tomado relevancia tras las declaraciones de Edgardo Rodríguez Herrera, ex asesor de la Oficina de Alumbrado Público de la ciudad, quien, en una entrevista con el periodista Jorge Caicedo, reveló detalles que implican a personas cercanas al mandatario, incluyendo a su esposa, Paula Ramírez, y a su cuñado, Óscar Ramírez.
El origen del escándalo se remonta a la renovación del sistema de alumbrado público en Bucaramanga, durante la cual se reemplazaron aproximadamente 32,000 luminarias y 330 postes metálicos entre 2015 y 2023.
Estos elementos, considerados obsoletos, fueron almacenados en bodegas municipales, con un valor estimado de 1,200 millones de pesos.
Sin embargo, en octubre de 2024, líderes sociales denunciaron la desaparición de este material, señalando a funcionarios de la administración actual, entre ellos al secretario de Infraestructura, Jorge Alejandro García, y al coordinador de Alumbrado Público, Juan Carlos Gélvez Rojas.
La situación se agravó cuando Edgardo Rodríguez Herrera decidió romper su silencio y ofrecer su testimonio.
En la entrevista, Rodríguez relató que recibió una llamada de Hernán Villamizar, asesor del despacho del alcalde, solicitando autorización para retirar material de la bodega conocida como «La Hormiga«.
Según Rodríguez, al preguntar si este material era para el hermano de Paula Ramírez, Villamizar respondió afirmativamente.
Rodríguez también mencionó la existencia de un grupo de WhatsApp donde se coordinaban las actividades relacionadas con el retiro de la chatarra, en el cual Óscar Ramírez, cuñado del alcalde, tenía un papel destacado. Estas revelaciones sugieren una posible red de corrupción dentro de la administración municipal, con vínculos directos a la familia del alcalde.
Tras estas declaraciones, se conoció que dos asesores cercanos al alcalde presentaron su renuncia.
Jorge García, subsecretario de Infraestructura, y Hernán Alfonso Villamizar dejaron sus cargos en medio del escándalo, lo que incrementó las sospechas sobre su participación en el caso.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, el alcalde Beltrán ha optado por guardar silencio público, lo que ha generado críticas y especulaciones sobre su conocimiento o implicación en los hechos.
La Contraloría de Bucaramanga, en sus investigaciones preliminares, ha estimado un desfalco de aproximadamente 23,442 millones de pesos en la Oficina de Alumbrado Público, cifra que refleja la magnitud del presunto robo.
Las autoridades competentes han iniciado procesos para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes.
Este escándalo ha generado una profunda indignación en la ciudadanía bumanguesa, que exige transparencia y justicia.
La confianza en la administración municipal se ha visto seriamente afectada, y se espera que las investigaciones avancen con celeridad para sancionar a los responsables y recuperar los recursos públicos perdidos.
El testimonio de Edgardo Rodríguez Herrera ha sido crucial para destapar esta trama de corrupción.
Su decisión de hablar públicamente ha permitido conocer detalles internos de cómo se habría gestado el desfalco, evidenciando la participación de altos funcionarios y familiares del alcalde en el manejo irregular de bienes públicos.
Rodríguez ha manifestado su disposición a colaborar con las autoridades, aportando pruebas y detalles que podrían ser determinantes en el proceso judicial.
Mientras tanto, diversos sectores políticos y sociales han expresado su preocupación por la situación. Organizaciones de la sociedad civil han convocado movilizaciones y actos de protesta, exigiendo respuestas claras y acciones contundentes contra la corrupción.
La presión pública busca garantizar que este caso no quede en la impunidad y que se establezcan mecanismos efectivos para prevenir futuros actos de malversación de recursos.
El escándalo de la chatarra del alumbrado público en Bucaramanga ha puesto en jaque a la administración del alcalde Jaime Andrés Beltrán. Las confesiones de Edgardo Rodríguez Herrera han sacado a la luz una presunta red de corrupción que involucra a funcionarios y familiares del mandatario.
La ciudadanía y las autoridades están a la espera de resultados concretos en las investigaciones, con la esperanza de que se haga justicia y se restablezca la confianza en las instituciones públicas de la ciudad.
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Fuentes: Sin Testigos – Semana – Infobae – Metropolitano
