La petición de una intervención militar internacional en Venezuela, junto con la ruptura de las relaciones diplomáticas y el cierre de la frontera, es un tema que ha generado un intenso debate en Colombia y más allá.
Esta propuesta proviene principalmente de sectores de la oposición política en Colombia, con figuras como el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien ha sido vocal en su apoyo a medidas drásticas contra el régimen de Nicolás Maduro.
La oposición venezolana, algunos grupos de la diáspora venezolana y organizaciones no gubernamentales también han respaldado estas medidas, argumentando que una intervención podría ser necesaria para restaurar la democracia y los derechos humanos en Venezuela.
Siendo gobernador de Antioquia Álvaro Uribe propuso en 2003 traer aquí cascos azules de la ONU y por fortuna nadie le hizo caso; hoy sigue pensando en esa solución brutal y militarista para Vzuela que haría de Colombia un territorio de guerra internacional. Irresponsable. Genio y…
— Ramiro Bejarano G (@RamiroBejaranoG) January 12, 2025
Propuestas con implicaciones profundas para la paz
Sin embargo, es crucial entender que estas propuestas tienen implicaciones profundas para la paz, la seguridad, la sobrevivencia y el comercio en la frontera entre Colombia y Venezuela.
La frontera colombo-venezolana es una de las más activas de América Latina, con millones de personas que dependen del intercambio comercial y de las relaciones bilaterales para su subsistencia diaria.
El cierre de esta frontera no solo afectaría a los comerciantes locales sino también a las comunidades que han establecido redes de apoyo mutuo a través de años de interacción transfronteriza.
¿Cuál es el problema de una intervención militar internacional?
El argumento de que quienes piden estas medidas extremas están poco interesados en la paz y la seguridad de los colombianos en la frontera se centra en varios puntos.
Primero, el cierre de la frontera podría aumentar la inseguridad, ya que los canales legales de comercio se cerrarían, potencialmente fomentando el contrabando y actividades ilícitas, así como sucedió durante el gobierno de Iván Duque.
La experiencia pasada de cierres fronterizos ha demostrado que esto puede conducir a un aumento en la violencia y en la presencia de grupos armados ilegales que buscan controlar estos nuevos mercados negros.
Además, la ruptura de relaciones diplomáticas dificultaría aún más la cooperación en temas de seguridad, como la lucha contra el narcotráfico, el tráfico humano y la migración ilegal, problemas que afectan directamente a ambas naciones.
Imagínense esta salvajada. Esto seguramente les parece hermoso y digno de admirar. Como los muertos los ponen otros, qué más da tuitear estupideces y seguir atizando el conflicto. Esto se llama intervencionismo.
— Mafe Carrascal Rojas (@MafeCarrascal) January 11, 2025
Una salvajada sobre todo viniendo esto de quien viene, ahora… https://t.co/qmUaQ7ShT4
Sin canales diplomáticos, la resolución de conflictos y la negociación de acuerdos beneficiosos para ambos países se vuelve extremadamente complicada.
Desde el punto de vista económico, el comercio entre Colombia y Venezuela representa una fuente vital de ingresos para muchas familias en la región fronteriza.
Las restricciones o el cierre total de la frontera interrumpirían este flujo económico, afectando la ya frágil economía de las ciudades y pueblos fronterizos.
Esto no solo impacta la sobrevivencia económica directa sino que también puede llevar a un aumento en la migración forzada hacia el interior de Colombia, presionando aún más los servicios sociales y la infraestructura del país.
Rechacemos una guerra por el Petróleo y el gas en Venezuela.
— Alfredo Mondragón – Congresista Valle del Cauca (@AlfreMondragon) January 11, 2025
Parece que @AlvaroUribeVel está buscando instalar en Venezuela la Escombrera de Medellín o los hornos crematorios de Cúcuta.
Las salidas de la ultraderecha contra el régimen en Vzla sólo trajo desplazamientos, muertes… pic.twitter.com/K1e51hohWN
Uribe actúa de manera irresponsable
La crítica de que Alvaro Uribe actúa de manera irresponsable, extremista e irracional nace de la percepción de que estas medidas se proponen sin un plan claro de cómo manejar las consecuencias humanitarias y económicas que seguirían.
Se argumenta que en su fervor por desestabilizar o cambiar el régimen en Venezuela, están dispuestos a sacrificar el bienestar de su propio pueblo, especialmente aquellos que viven en la frontera y que han sufrido ya con la crisis venezolana.
Las propuestas de intervención militar, ruptura diplomática y cierre de la frontera con Venezuela representan un enfoque que podría ser visto como una solución simplista para problemas complejos, ignorando o subestimando los costos humanos y sociales que implicaría.
La responsabilidad de los líderes políticos debería centrarse en buscar soluciones que promuevan tanto la estabilidad interna como la paz y el desarrollo en la región.
