Por Mario Torres Duarte
Editor: El Zahir Editorial
A partir de la fecha, Barrancabermeja Virtual, se complace en inaugurar con esta nota, el Rincón de El Zahir, un espacio dedicado a la cultura y al arte en medio de la cotidianidad de la información de nuestra ciudad. Nuestro habitual colaborador Mario Torres Duarte – Casabe, nos comparte la presentación de una antología del desaparecido -hace 21 años- poeta y cronista Julio Daniel Chaparro.
El sábado 14 de abril, El Zahir Editorial, la Gobernación del Meta y el Instituto Cultural del Meta, presentan en Villavicencio el libro compilatorio De nuevo soy Agosto y otros poemas. Antología viva. Del poeta y cronista Julio Daniel Chaparro, asesinado el 14 de abril de 1991.
¿Quién es Julio Daniel Chaparro Hurtado?
Poeta y periodista colombiano. Sogamoso, Boyacá, abril 14 de 1962 – Segovia, Antioquia, abril 24 de 1991. Su trabajo periodístico lo inició en distintas emisoras de Villavicencio, llegando a ser director de noticias en el programa “Noticiero del Llano” de la Cadena Súper, así como del informativo “Macarena” de la Cadena Todelar. Subdirector de la revista Oriente y coordinador general de la revista cultural Entreletras (Villavicencio); colaborador de las publicaciones Tropos (Bucaramanga), Ulrika (Bogotá), y Ceniza (Pasto). Hacia 1989, se vinculó al diario El Espectador donde desarrolló una destacada crónica periodística, merecedora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar por su serie “Lo que la violencia se llevó”, incluida como parte del libro Papaíto País (1992). Publicó los siguientes poemarios: …Y éramos como soles (1986); País para mis ojos (1987) y Árbol Ávido (1991). Algunos de sus poemas aparecieron, entre otras, en las antologías Umbral de lunas (1984) y Postal de fin de siglo (1995).
Es ésta una muestra que apunta hacia esa otra historia de Julio Daniel Chaparro Hurtado, la que casi nadie conoce, la de la fiesta del lenguaje, la de la celebración de la naturaleza desbordante y avasalladora que le tocó en suerte: el denso verdor donde, sabe Dios cuántas veces, detuvo su diligente mirada. He aquí una oportunidad para rastrear noticias de esa otra fisonomía de la que también era portador: la de poeta.
Julio Daniel solamente logró ver publicados sus dos primeros libros. El tercero, cuya edición él mismo supervisó, fue presentado unas semanas después de su muerte. En todos, incluso en el amplio material inédito que dejó engavetado, es fácil observar cómo conservó una conformidad puntual precisada por el acento y temas, hojas y pájaros de un mismo árbol, él mismo: «amor, me está naciendo una hoja».
Esta es una incitación a echarle un vistazo a ese otro universo que dejó para nosotros, el de su obra poética y que se constituye en su mejor aporte al patrimonio cultural del Llano y de Colombia; ese reino que construyó para librarnos del desamparo primordial del hombre: el anhelo de la verdad que únicamente satisface la poesía.
Fernando Linero Montes
Poeta colombiano
