El columnista Luís Alberto Arango, del diario económico Portafolio, (Casa Editorial El Tiempo), informó acerca de la posibilidad de que el actual embajador de Colombia en los Estados Unidos sea nombrado nuevo presidente de la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol. Sin embargo, rechaza esa posibilidad por considerar que el hasta hoy presidente de la empresa, Javier Gutiérrez Pemberthy, ha venido manejando exitosamente a la compañía.
Sería un error nombrar a Gabriel Silva Luján como nuevo presidente de Ecopetrol.
(Por: Luís Alberto Arango).
Después de la Asamblea de Ecopetrol del pasado 22 de marzo, siguen fuertes los rumores sobre el reemplazo del presidente de Ecopetrol, Javier Gutiérrez Pemberthy por el del actual embajador de Colombia en Washington, Gabriel Silva Luján.
Silva fue nombrado presidente de la Federación Nacional de Cafeteros en julio de 2002, cuando Juan Manuel Santos era Ministro de Hacienda de Andrés Pastrana y también fue el último Ministro de Defensa de la era Uribe, en reemplazo de Juan Manuel Santos. No es coincidencia que el apellido Santos suene en sus nombramientos. La cercanía entre los dos es conocida en el mundo político.
Nombrar al amigo de Santos en la presidencia de Ecopetrol sería, a mi juicio, un error. Silva, quien es politólogo con postgrado en economía y relaciones internacionales, se ha destacado por ser un buen político, pero no un buen administrador. Para algunos, su participación fue clave para la firma del TLC con EE. UU., pero en contraste cabe recordar que en su presidencia en la Federación Nacional de Cafeteros se crearon las tiendas Juan Valdez, que si bien sonaron mucho publicitariamente, hasta ahora han sido un desastre financiero.
Luego de casi 10 años de operación, las tiendas Juan Valdez reportan pérdidas acumuladas en Colombia de $ 66.000 millones y si sumáramos las pérdidas del exterior, éstas superarían los $120.000 millones de pesos.
Mientras tanto, Javier Gutiérrez, ingeniero civil, con un magíster en ingeniería industrial y énfasis en estadística e investigación de operaciones, ha demostrado con resultados en ISA -empresa de la que también fue presidente- y en Ecopetrol, porqué ha sido galardonado por varias entidades como el mejor presidente y líder empresarial.
Nadie discute que Gutiérrez tiene las competencias y habilidades técnicas y profesionales para dirigir la empresa más grande del país. Basta hablar con vicepresidentes o gerentes de Ecopetrol para entender el nivel de admiración que le tienen gracias a su capacidad de liderazgo, inteligencia, trabajo incansable, sensatez y visión.
Creer, como parece que el Palacio de Nariño lo está creyendo, que nombrar en la presidencia de Ecopetrol a una persona por su cercanía con el presidente Santos, aduciendo su experiencia en cargos políticos y pensar que superará las capacidades del actual presidente de Ecopetrol, no solo es una ingenuidad sino también una irresponsabilidad.
Además, es olvidar que equivocarse en este nombramiento puede ser muy grave y tener efectos devastadores. El estado puede tener el 88,5% de la propiedad de Ecopetrol, pero eso no significa que los más de medio millón de accionistas minoritarios, deban soportar que el Presidente ponga en riesgo su inversión para hacerle un homenaje más a un amigo.
Para más luces, Ecopetrol tiene su acción inscrita en las bolsas de Colombia, Nueva York, Toronto, y Lima; y sus bonos de deuda transándose día a día en el mercado mundial, todo bajo el escrutinio de exigentes inversionistas internacionales que lo último que desean es que Ecopetrol sea instrumento para hacer favores por parte de su accionista mayoritario.
Para eso, el gobierno puede utilizar otras entidades en donde los errores cuestan menos. Y aún así, sería cuestionable.
Ex senadores, ex directivos politizados, padres de altos directivos del sector petrolero y muchos más, hacen grandes esfuerzos por controlar espacios en Ecopetrol, pero hasta ahora no han llegado a ámbitos mayores. Un nombramiento como el que se rumora, puede abrir la caja de Pandora para que los puestos dejen de ser técnicos y pasen a ser políticos. Con ello, solo es cuestión de tiempo para que Ecopetrol deje de ser la empresa bandera y más rentable del país. No hay que ser adivino para saber porqué.
Tengo tranquilidad al saber que es la junta directiva de Ecopetrol, la que nombra a su presidente y no Santos. Y que por normas de gobierno corporativo, este nombramiento debe ajustarse a principios muy estrictos de buena administración y dirección.
Si el Presidente de la República, quiere sugerirles a alguien nuevo a la cabeza de Ecopetrol, ojalá sea una persona de adentro y que tenga impreso el ADN de buen gobierno y visión que ha dejado el presidente actual. Y si es de afuera, lo mínimo que se requiere para tan delicada responsabilidad es que tenga las más altas competencias técnicas, administrativas, de liderazgo y profesionales del sector.
Sin embargo, la tranquilidad que tengo en el buen juicio de la junta de Ecopetrol, se ve minada por un hecho que suena menor pero que es matemáticamente diciente.
En agosto de 2010, existió el mismo rumor cuando se decía que el nombre para reemplazar a Gutiérrez era el de Federico Rengifo Vélez, quien fue viceministro de Hacienda cuando Santos era el ministro de esa cartera. La amistad con su exjefe es también conocida. En el momento del rumor, Rengifo era presidente de la Asociación de Juan Valdez.
Y aunque el nombramiento nunca se hizo realidad, Rengifo Vélez fue postulado por el gobierno y elegido como miembro de la junta directiva de Ecopetrol, en la asamblea de accionistas del año siguiente.
En el 2012 fue reelegido. La postulación fue hecha nuevamente por el gobierno, presentándolo como director no independiente y evitando decir que representa al Gobierno Nacional. (Ver documento)
Algo que nadie se cree, pues Rengifo Vélez fue nombrado por Santos como Secretario General de la Presidencia de la República, en septiembre de 2011.
Así que el gobierno no controla ahora 3 puestos de 9 posibles en la junta de la primera empresa del país, sino 4. Con uno más puede cambiar presidente cuando le plazca. Lo mínimo que debería suceder para mantener los principios de transparencia, control y buen gobierno de Ecopetrol, es que Rengifo renuncie a su puesto en la junta y que en su reemplazo elijan un nombre que no esté sometido al control del Presidente de la República.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
LUIS ALBERTO ARANGO es columnista del diario económico Portafolio, perteneciente a la Casa Editorial El Tiempo.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
