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El Rincón del Zahir, (la ventana cultural de Barrancabermeja Virtual), presenta al escritor Cledonio Orjuela Duarte y su obra ¿Dónde estará la melodía?

casabeContinuando con la presentación de excelentes obras literarias, desde el Rincón del Zahir, (la ventana cultural de Barrancabermeja Virtual), presentamos a consideración de nuestros lectores la obra,

¿Dónde estará la melodía? del escritor tolimense Cledonio Orjuela Duarte, de venta en las principales librerías del país. Lea a continuación el perfil de Orjuela Duarte y posteriormente un comentario relacionado con la obra escrito por Darío Arguello Garnica.
Estudió literatura en la Universidad Pedagógica Nacional. Tallerista y conferencista de la Casa de Poesía Silva de Bogotá.

PERFIL DE CLEDONIO ORJUELA DUARTE

Invitado al Festival mundial de poesía de Medellín y al internacional de Bogotá, «El patio azul» de Perú, «Habrapalabra» en México, Autor de los libros «Precario Equilibrio» (poesía, 1996). «visiones» un inventario de afectos literarios», ensayos (premio Fondo Mixto de Cultura del Tolima, 1988),»Mujeres y otros cuentos de riesgo» (compilación de cuentos, 1997), «Ofrendas y tentaciones» (compilación de cuentos, 1998), «presencias», (poesía, 2004), «Dónde estará la melodía» (novela,2005).

Sus reflexiones sobre algunos poetas del mundo, han aparecido en diferentes revistas nacionales y extranjeras.

Fue colaborador del desaparecido Magazín Dominical del diario El Espectador, actualmente colabora en la revista Artificios y en el periódico de libros Lecturas Críticas.

DÓNDE ESTARÁ LA MELODÍA O UN RECORRIDO POR LA MUSICALIDAD DE LA NOSTALGIA
Para empezar, permítanme algunas infidencias nacidas sin duda del lado bueno del recuerdo, transportarme y ubicarme a mediados de los años setenta y en el espacio de esta capital de todos. En aquel entonces, muchos llegamos a Bogotá a estudiar en universidades públicas provenientes de provincia, era el momento de una historia nacional y latinoamericana signada por la lucha política, donde se entreveraban de la mejor manera los discursos trascendentales, las ideologías de vanguardia, las mentiras del poder de turno, las armas de verdad, el amor libertario, los libros, la música y su surtidor desde el Caribe hasta Punta del Sur, pasando por la Pampa y los Andes. En fin, era la vida fluyendo, la esperanza rondándonos y un ‘futuro mejor’ a la vista de todos.

Así, en aras del amor y de una amistad sin reveses, nos fuimos involucrando en un constante ir y venir de la ciudad de todos para converger de nuevo en esa región tolimense, El Líbano, donde aprendimos de una tradición de más de un siglo de hombres y mujeres haciendo de la palabra la mejor razón de ser, bien desde lo puramente intelectual, lo periodístico, lo filosófico o lo creativo, a través de la poesía o de la narrativa. Sí, fue la literatura el motivo por el que habrían de definirse y de decidirse nuestras expectativas, nuestras voces.

Pero decir “nosotros” es indicar un plural de sueños que, una vez superada la formación académica, se fueron desplegando por los años 80 y 90, construyendo cada uno su verdad en la opción asumida por y para la palabra escrita, bien desde la misma enseñanza académica, el taller literario, la creación, la publicación o todas juntas.

Y de ese caudal de entonces, me detengo en la vedad de una voz de hoy, la de Celedonio Orjuela Duarte, “Chelo” para sus amigos, quien, fiel a esos propósitos e intentos iniciales, y luego de transcurrir por más de 20 años en la enseñanza, los talleres de escritores, la dirección de la Casa de la Cultura del Líbano, la organización de concursos nacionales de cuento y poesía, la actividad como jurado de otros concursos, las varias revistas, sus varios artículos periodísticos sobre literatura y su “pre-texto” de un restaurante con nombre literario para promover música y afectos poéticos, hoy, después de tres libros: Precario Equilibrio, Visiones, y Presencias, en los que evidenció con creces dónde está su calidad y capacidad como poeta y ensayista, nos entrega su primera novela, Dónde estará la melodía.

Y es precisamente en los 27 capítulos que conforman las 148 páginas narradas de Dónde estará la melodía, donde encontramos, entre otros muchos aciertos, no sólo claves literarias de aquellas infidencias del comienzo, sino la verdadera representación estética de una época, de una generación y de una ciudad como Bogotá, transcurrida en una prosa cuyos componentes narrativos, de un lado, conservan de la mejor manera ese particular contexto citadino de aquel entonces, mientras de otro constituyen un buen ejemplo de las tendencias escriturales de los tiempos de ahora.

De esa forma, ninguna oportunidad mejor que Dónde estará la melodía para rodar en la trama de una novela que nos hace partícipes de los ecos del mundo y de unos personajes, hombres y mujeres, en lo que se entreteje esa especie de nostalgia histórica que de un solo trago conlleva ideales políticos, frustraciones individuales, bohemia y música; sobre todo música, en retazos de canciones de los mejores soneros y rumberos de las últimas épocas, o en la referencia obligada a los grandes cantores. Con Federico, Leonardo, el indio boliviano, o con la Vasca, Maé, Mónica, participamos del ejercicio de exorcizar, en el desacralizador sentido de la palabra, los espectros de una porción de vida y de ciudad que a muchos nos identifica. Con ellos, bien podemos ir, entre melodía y recuerdo, desde el bar “El Antifaz”, con la paz o el arrebato de sus alcoholes o sus bailes alocados, hasta la guerra de verdad entre nosotros o en un país de Centroamérica con nombre de santo salvador, transcurriendo, entre la ironía, los atisbos eróticos y la nostalgia, por espacios urbanos donde el deterioro suele ser el denominador común: la cotidianidad enfermiza de los hospitales, los apartamentos e inquilinatos y el amanecer de su desorden, la soledad cercana a la locura en una cárcel cualquiera, la noche callejera de las prostitutas, los lugares de romería asistidos por hombres y mujeres echando mano de su última fe. Todos inmersos en fragmentos y en referencias musicales que, desde el propio título de la novela, advierten que la melodía va por dentro y la canción los identifica.

Motivo, entonces, el de esta novela de Celedonio, para confirmar la vigencia de esa tradición intelectual y literaria de los escritores de El Líbano, aportándole a la literatura colombiana, de este y de futuros tiempos, la seguridad de que vendrán otras obras suyas de primer orden. Entre tanto, prometámonos la dicha de acerarnos a Dónde estará la melodía, una obra cuya primera lectura ha suscitado, en mi caso, estos recuentos, apreciaciones y nostalgias, pero que, como narración en la que predominan plenamente los valores que permiten diferentes abordajes interpretativos, queda a disposición de múltiples y ricas lecturas.

Darío Arguello Garnica

 

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