Con la llegada del 2012 comenzó a regir el nuevo Plan Obligatorio de Salud, POS. Les presentamos, según los expertos, cuáles son los puntos favorables y desfavorables del nuevo plan de salud.
La polémica está abierta. El Gobierno dice que el nuevo POS es un avance hacia el ideal de garantizar un verdadero derecho a la salud. Las asociaciones médicas insisten en que se trata de una medida paliativa que deja muchos vacíos sin resolver.
Discusión que se da a pesar de que se trata de una medida de transición, ya que la Corte Constitucional estipula que la Comisión de Regulación de Salud, Cres, deberá actualizar una vez cada dos años el Plan, conforme a los cambios en la estructura demográfica, el perfil epidemiológico nacional, la tecnología apropiada disponible en el país y las condiciones financieras del sistema.
Lo bueno.
Para los especialistas, el nuevo plan de salud contempla una cantidad de medicamentos y procedimientos que antes estaban en el no POS, y que según el Gobierno, es el resultado de la primera etapa del proceso de actualización del Plan Obligatorio de Salud.
La mayoría de las enfermedades que se incluyen son de carácter no trasmisible y representan el 85 por ciento de las patologías que más afectan a los colombianos. «Las ventajas serán para los usuarios, quienes no van a tener que estar pendientes de un listado y tendrán atención oportuna, equitativa y de mejor calidad», dice Mauricio Santamaría, ministro de salud.
Anteriormente eran 6.463 tecnologías en salud, o sea, 633 medicamentos y 5.830 procedimientos que cubría el POS vigente desde 1993 con la aprobación de la Ley 100.
Con esta primera actualización son 6.560 tecnologías divididas en 685 medicamentos y 5.875 procedimientos.
Otro punto positivo es que el Gobierno invertirá anualmente un billón de pesos en la actualización del nuevo POS y se tiene diseñada una estrategia con la cual se espera que el rubro de recobros, que hoy llega a los 2.5 billones de pesos, en el 2014 disminuya a 400.000 millones de pesos.
Los pacientes con enfermedades neurológicas, cardiovasculares, mentales, respiratorias, diabetes cáncer y VIH, los más beneficiados con la actualización.
Dentro de las novedades se incluye la entrega de kits y prótesis. El de glucometría para diabéticos, que se compone de glucómetro, tirillas y lancetas. Y el kit de ostomía para pacientes que hayan requerido una intervención en la pared del estomago para dar salida al intestino. En lo referente a prótesis dentales, quien las requiera si gana menos de dos salarios mínimos tendrá derecho a ellas.
Lo malo.
Para los críticos del nuevo POS, el hecho de que aún se excluyan procedimientos y medicamentos sigue atentando contra el derecho a la salud de los colombianos.
Para ellos no es posible que la salud se piense en términos de rentabilidad y no de bienestar social.
Además, los expertos explican que en el país no se da la suficiente relevancia a la prevención en salud, la cual dicen, está demostrado que resulta fundamental en el sostenimiento financiero y social de cualquier sistema de salud.
Otra crítica frecuente es que el POS, nuevo o viejo, es difícil de entender para los funcionarios prestadores del servicio y mucho más para el ciudadano común, de quien dicen, sabe que tiene derecho a la salud, pero desconoce generalmente el funcionamiento del sistema. De acuerdo con la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, «el plan de salud colombiano es uno de los más complejos del mundo».
Adicionalmente, Acemi afirma que con la Unidad de Pago por Capitación que quedó vigente, el colapso del sistema y las empresas prestadoras del servicio será gradual.
Esto se suma a que el Gobierno trae una política con base «en las enfermedades con mayor prevalencia en los colombianos», pero que según las agremiaciones médicas, hasta ahora no se conocen cifras actualizadas sobre de qué se enferman y mueren los colombianos.
Finalmente, el hecho de que no haya un cubrimiento total de enfermedades redundará en que la persona tendrá que seguir exigiendo los medicamentos y el tratamiento vía tutela, uno de los mecanismos que se pretende desestimular con el nuevo POS, no solo por el bien sistema, sino por la buena salud de la rama judicial que se enferma con la cantidad de demandas que recibe año tras año de pacientes que exigen un tratamiento.
