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‘Los ElkinBuenoDependientes’ : El personaje del año 2011 en Barrancabermeja.

elkindependientes(Informe Especial)

Por el efecto de su accionar político y por las consecuencias (aún no claras) de lo que pasará en los próximos 4 años, en Barrancabermeja ‘El Personaje del año 2011’ fueron los llamados «ElkinBuenoDependientes», que el pasado 30 de octubre alcanzaron casi 50.000 votos, demostrando muchas cosas, LA PRIMERA, la confirmación de que Elkin Bueno es un auténtico animal político; LA SEGUNDA que Barrancabermeja no ha cambiado para nada y, que por el contrario, la vieja clase política, que ha venido manejando a la ciudad en los últimos 20 años, sigue «vivita y coleando» ; LA TERCERA, la ratificación de la nueva mentalidad de un sector de la población barranqueña que hoy, aún soñadora y llena de esperanzas, trata de sobrevivir en medio de una sociedad individualista y materializada; circunstancia emocional y cultural que Elkin Bueno ha sabido interpretar a la perfección y LA CUARTA que paradójicamente para lograr ese objetivo Elkin Bueno necesitó una tula repleta de mucho dinero.

 

Todos los años la revista Time en los Estados Unidos escoge al personaje del año. Se trata de una evocación a la persona o grupo de personas que hayan tenido un efecto mayor en las noticias de dicho año. No tiene por qué ser necesariamente una persona. Por ejemplo, en 1982 se le concedió a la computadora personal el título de «Máquina del año».

 

La semana pasada la revista Time escogió a Los Manifestantes como el personaje del año 2011, como un reconocimiento a las personas de todo el mundo que salieron a la calle a luchar por sus derechos civiles, sociales y políticos.

 

En Barrancabermeja, sin duda, el personaje del año 2011 fueron los llamados «ElkinBuenoDependientes» que, felices, con entusiasmo y vigor, le dieron un vuelco total a la política en la ciudad; vuelco que muchos califican no de 180 sino de 360 grados porque la política en Barrancabermeja volvió al punto en donde estaba hace 20 años: «Una Ciudad Futuro» que de repente se devolvió al pasado.

 

Elkin Bueno, al que muchos le atribuyen un extraordinario carisma personal que cautiva a sus electores, casi siempre que habla de política con sus amigos insiste en que lo más importante para ser un buen político es «tener un buen olfato», que permita oler con exactitud la realidad de los hechos y estar atentos al sentir de la gente.

 

 

¿Qué venía pasando en Barrancabermeja?

Hace 11 años, cuando Elkin Bueno debia entregar la Alcaldía a su sucesor, Julio César Ardila Torres, no quizo hacer acto de presencia en el parque Infantil, donde se efectuó la ceremonia, porque sabía que más de 10.000 personas, (atentos a la posesión de Julio), lo iban a rechiflar, silbar e insultar producto de un mal gobierno que dejaba como saldo 2 secretarios de hacienda y 2 tesoreros privados de la libertad por presuntos delitos contra el erario municipal, además de una serie de escándalos que terminaron también mermando su credibilidad como gobernante y que trajo como consecuencia la derrota de Pedro Flórez y el triunfo de Julio César Ardila.

 

Sin embargo, paradójicamente, su gobierno, como ninguno en la ciudad, se había excedido en la repartición de contratos y empleos a ciudadanos en todos los barrios y comunas de la ciudad, especialmente en la época en que el médico Pedro Flórez aspiraba a la Alcaldía de Barrancabermeja a finales del año 2000. La feria de empleos y contratos llegó a tal punto que las finanzas del municipio terminaron ese año con un déficit cercano a los 30 mil millones de pesos.

 

Muchos no entendieron como la gente le había dado la espalda a un gobernante que les había dado empleo y contratos en los 3 años de gobierno a más de 5.000 personas (entre escobitas, celadores y secretarias).

 

Se trataba de la generación de una inmensa cantidad de empleos burocráticos (nunca productivos) que presagiaban un desorden en las finanzas municipales y un excesivo gasto público que muchos analistas, contradictores de Bueno Altahona, consideraron era «sacarle el jugo a la pobreza y a la mala educación de la población», mediante la estimulación de los llamados «dependientes» de la alcaldía, que no era otra cosa que la de NO permitir el crecimiento económico y empresarial de la ciudad sino encaminar todos los esfuerzos, desde el presupuesto público, para convertir a la gente en subordinada a empleos burocráticos.

 

En esa época, a finales del año 2000, no era raro encontrar 10 recepcionistas en la puerta del palacio Municipal o ver un ejército de 50 mujeres escobitas barriendo una cuadra de 100 metros cobrando sueldos superiores a los del cajero de un banco. ¡ Era la locura total !. Todos querían laborar en el Municipio.

 

 

 

La cultura del «Tírame Algo».

 

Pese a las críticas, Elkin Bueno, por cuenta de las necesidades insatisfechas de gran parte de la población y en medio de un mandato bastante relajado con la corrupción, logró reunir alrededor suyo a un grupo de «dependientes» cuya visión no va más allá de lo que él, Elkin Bueno, les puede ofrecer desde el presupuesto de la administración municipal, convirtiéndolos en subordinados del presupuesto, sin capacidad de organización empresarial y laboral que les permita una independencia económica autosostenible, que a su vez traiga crecimiento económico para la ciudad.

 

Era un modelo de gobierno en donde se imponía la ley del más vivo, que en lugar de servir a lo público, se servían de lo público; en donde muchos se aprovecharon de los recursos del Estado para enriquecerse; en la que no se pensaba en las próximas generaciones sino en las próximas elecciones; en donde se hacía política partidista en lugar de políticas públicas de Estado. Aún así, la gente estaba feliz con los miles de empleos burocráticos que se ofrecían.

 

Pero las cosas empezaron a cambiar por cuenta del rechazo que generó entre muchos la desorganización y la anarquía que se impuso en un gobierno en el que, incluso, se había llegado al extremo de que empresas como la Electrificadora de Santander y Telecom suspendieran los servicios de energía eléctrica y telefonía en el palacio municipal porque la administración no pagaba a tiempo las facturas, además de los escándalos por actos de corrupción que se extendieron por todas las dependencias municipales y por los que resultaron en la cárcel más de 15 funcionarios.

 

Para la gente era inconcebible que una administración municipal con muchos recursos (muy rica) tuviera problemas financieros. ¡ Claro ! … no entendían que complacer el voraz apetito de los contratistas y una nómina improductiva y burocrática de escobitas, celadores y secretarias tendría su límite, por lo que, mas temprano que tarde, se agotaría el fuerte chorro de dinero.

 

Quedaba claro que la gente estaba pidiendo demasiado: Por un lado esperaban seguir contando con un gobernante amplio y generoso que cediera en empleos y contratos a toda la población; pero a la vez, esa misma gente, reclamaba un gobernante pulcro y ordenado en el manejo de lo público. Terminaron confiando en Julio César Ardila Torres quien en su momento se mostró como la antítesis de Elkin Bueno.

 

La gota que robosó la copa se dió unos días antes de las elecciones de octubre del año 2000 cuando la tesorería de Elkin Bueno no tuvo el dinero a tiempo para cancelarle el sueldo a mas de 3000 escobitas, celadores y secretarias (burocracia improductiva que esperaban convertir en votos) y que ansiosos aguardaban su pago, mientras que a la vez, la gente con rabia, conocía noticias relacionadas con el robo de dineros de las arcas del municipio en las que se evidenciaba la participación de funcionarios del primer nivel de la administración Bueno Altahona.

 

Como era apenas normal, la frustración y el desencanto de apoderó de esas familias a las cuales se les había ofrecido el empleo a cambio del voto. Entonces Julio César Ardila, «con buen olfato político», simplemente utilizó de logotipo una carita feliz e insistió en que «iba a acabar con la corrupción». Así recibió el apoyo de 33.000 votantes que estaban convencidos no solo de que desmantelaría toda la corruptela del gobierno anterior, sino que a la vez aumentaría la participación de la gente en empleos y contratos.

 

Resultó peor la cura que la enfermedad. Pedro Flórez perdió las elecciones y los electores asumieron, en su momento, que habían castigado a Elkin Bueno.

 

 

Julio César Ardila, la primera de las frustraciones.

 

El problema fue que Julio César Ardila Torres hizo todo lo contrario de lo que prometió, ejerciendo un gobierno absolutamente cerrado, excluyente y aún más corrupto que el de su antecesor, cuya cúspide fue el crimen del locutor Emeterio Rivas ocurrido el 6 de abril de 2003 y que las autoridades le imputaron a Ardila Torres junto a varios de sus más inmediatos colaboradores, condenándolos, finalmente, a 28 años de prisión.

 

La decepción no se hizo esperar y cuando en el año 2003 el médico Pedro Flórez Olivares esperaba la llamada «revancha» y recuperar la alcaldía para los amigos de Elkin, en un hecho político inexplicable, porque se hallaba inhabilitado por la Procuraduría, Elkin Bueno también se inscribió como candidato generando un desconcierto total entre sus seguidores, acabando de paso con las aspiraciones de los dos.

 

Así, divididos, se facilitó la llegada del arquitecto Edgard Cote Gravino quien, pese a haber destinado muchos recursos a la renovación urbanística de la ciudad, nunca logró una química directa con sus electores al no permitir la contratación de ese inmenso batallón de desempleados temporales que Elkin Bueno enganchaba por cuenta del presupuesto municipal.

 

 

Cote mejoró la parte urbanística, pero en su gobierno se disparó la pobreza.

 

Con Edgard Cote pasó lo contrario; la gente observó un mandato organizado, serio y de grandes inversiones en la llamada «cultura del cemento», pero alejado de las necesidades cotidianas del pueblo y, entonces, la gente – esa gente que Elkin Bueno acostumbró al empleo burocrático e improductivo – posteriormente, ya enfrentados a la cruda realidad de la vida, sin formación técnica ni preparación académica, se dedicó al mototaxismo, a la venta de minutos de celular y en general al rebusque del día a día en la informalidad.

 

Entre el año 2000, cuando Elkin Bueno entregó su mandato, al año 2007, en que finalizó el gobierno de Edgard Cote, la invasión de mototaxistas, vendedores de minutos de celular y vendedores ambulantes aumentó en toda la ciudad en un 500%, generando un grave problema de orden social en la ciudad, que, sin embargo, terminó confiando políticamente en Carlos Contreras López, un ex funcionario de Planeación del gobierno de Elkin Bueno, que supo manejar ese pasado con un bajo perfil y quien logró ganarle la Alcaldía de Barrancabermeja al abogado Alfonso Eljach Manrique a quien los electores relacionaron con Bueno Altahona por cuenta de un vínculo familiar que los une por ser primos.

 

 

 

Carlos Contreras, donde la falta de experiencia fue la clave.

 

Pero cuando se creía que Carlos Contreras sería el punto de equilibrio entre el funcionario organizado y honesto y el generoso en empleos burocráticos y contratos para sus amigos, la realidad mostró a un funcionario falto de experiencia y poco amigo de sus amigos.

 

Al gobierno de Contreras todos le recocen haber sido líder en la titulación de baldíos en los sectores marginales de Barrancabermeja. Un hecho por el que siempre será recordado pero que no alcanzó a satisfacer las necesidades de quienes estaban acostumbrados a devengar del presupuesto municipal.

 

 

Volvemos con Elkin porque ‘más vale malo conocido que raro por conocer’.

 

Así las cosas, todo parece indicar que la gente, antes de preferir que «Julio César acabe con la corrupción» o que Edgar Cote «remodele urbanísticamente a la ciudad» o que Carlos Contreras «titule todos los terrenos baldíos de Barrancabermeja» o que Darío Echeverri «entregue 10.000 viviendas, aprovechando el millón de subsidios que está ofreciendo el gobierno nacional», la gente – esa gente que Elkin Bueno acostumbró al empleo burocrático e improductivo – lo que desea es dinero cash y de inmediato, por cuenta de lo que se imaginan pueda ofrecerles el presupuesto del municipio de Barrancabermeja.

 

En la memoria de la gente todavía quedan frescos los recuerdos de aquellos inmensos batallones de escobitas, celadores y secretarias que se sostenían del presupuesto municipal entre los años 1998 a 2000 y que nunca más volvieron a darse.

 

Elkin Bueno, desde hace 20 años, ha venido planteando una forma práctica de gobernar, (que dicho sea de paso le ha dado excelentes resultados), en la que poco importan los escándalos por corrupción, su desorden administrativo, las acusaciones de la Fiscalía, las sanciones de la Procuraduría y por supuesto su falta de preparación académica y de propuestas.

 

Precisamente, por cuenta de esa percepción que tienen muchos habitantes en Barrancabermeja, no era raro oir en el pasado debate electoral a mucha gente decir que: —»Elkin Bueno era ‘bueno’ porque robaba él pero dejaba también robar a los demás»— y aunque muchos opinan que en Barrancabermeja la sociedad está moralmente enferma, con los valores invertidos, la verdad es que la nueva actitud de los barranqueños, expresada por casi 50.000 sufragantes el pasado 30 de octubre, obedece más a la ilusión de un pueblo que espera vincularse a una nómina paralela de la Administración Municipal o a una Cooperativa de Trabajo Asociado, un hecho político y administrativo que la gente no ve impulsar con fuerza desde hace 11 años.

 

Por cuenta de esa circunstancia, Elkin Bueno ha logrado reunir en torno a su nombre un buen número de dirigentes políticos de todas las vertientes y estilos, sobre la base de ese imaginario tácito, implícito y sobreentendido.

 

Se trata de una excelente maniobra política, etérea, que no propone nada, que se diluye en el ambiente como un gas y que consiste en diseñar para el colectivo barranqueño la idea de que Elkin Bueno «arregla directamente con usted» cualquier compromiso cuyo recurso emane directamente del presupuesto municipal; compromisos que van desde saciar la codicia de un millonario contratista que aspira a ejecutar obras por más de 100 mil millones de pesos, hasta con el de una humilde mujer que anhela recibir unos pesos en el oficio de barrer con una escoba las calles de la ciudad.  —»Te tengo para grandes cosas»—, suele Elkin Bueno decirle con frecuencia a sus amigos.

 

 

Gran Acuerdo de Unidad Municipal.

 

Gracias a ese estilo muy particular de hacer política, Elkin Bueno logra unir a Dios y al Diablo en un mismo costal.

 

Por eso no es raro que en la misma foto aparezcan (Edgar Lozano con Oswaldo Guayasamín), o (Roberto Schmalbach con Odilio Marín) o (William Vesga con Juancho Castilla), o (Gustavo Duarte con Gustavo de la Ossa) o (René Tordecilla con Heyner Mancera) o (Alfonso Eljach Manrique con Alvaro Pérez Vides).

 

Es lo que ellos mismos llaman, «Un Gran Acuerdo de Unidad Municipal», en la que dicen estar convencidos de que «el mundo está cambiando» por lo que no tiene sentido pretender estar atrincherados en los rincones del espectro social de la izquierda y la derecha porque, de repente, Barrancabermeja se volvió un mundo circular y sin esquinas.

 

Hoy por hoy, todo el mundo está dispuesto a pedirle empleo y contratos a Elkin Bueno. Se calcula que a partir del lunes 2 de enero 2011 los pasillos del Palacio Municipal volverán a estar llenos de mucha gente a la espera de una «segunda oportunidad sobre la tierra», entre ellos, los 50.000 ‘ElkinBuenoDependientes’ que votaron el pasado domingo 30 de octubre.

 

 

Lo demás es historia.

 

En el mes de julio de 2011, faltando solo 3 meses para las elecciones, el hoy alcalde electo de Barrancabermeja, Elkin Bueno, tuvo que pagar una multa al Estado Colombiano calculada en $ 810 millones para poder participar en el debate electoral. Un hecho que en cualquier parte del mundo hubiera causado un escándalo político de incalculables consecuencias pero que en Barrancabermeja, por cuenta de los «ElkinBuenoDependientes», el hecho pasó practicamente inadvertido.

 

El 30 de octubre se dió el hecho político que ya muchos sospechaban, el señor Elkin Bueno resultó ser nuevamente Alcalde de Barrancabermeja para el período 2012 a 2015, dejando una lectura clara de los hechos:

 

 

«LosElkinBuenoDependientes», se constituían en el Personaje del Año 2011.

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