El mundo recibió el año 2021 con fuegos artificiales, calles vacías y pocas celebraciones por las restricciones causadas por la pandemia de covid-19.
Aunque muchos lugares optaron por no cancelar las exhibiciones pirotécnicas, sí que prohibieron las reuniones públicas y las fiestas.
Desde Sídney hasta Nueva York, el mundo celebró la entrada de 2021 con plazas vacías, entre toques de queda, despliegues policiales y restricciones.
Las celebraciones se silenciaron particularmente en Europa, en medio de los temores por la circulación de una nueva cepa más contagiosa del coronavirus.
Marcado por la pandemia de covid-19, 2020 terminó con más de 1,8 millones de muertos en todo el mundo. Se han registrado más de 81 millones de casos de contagios.
Los fuegos artificiales en el puerto de Sídney, una de las primeras imágenes con las que arranca el año, tuvieron lugar esta vez sin público, solo duraron siete minutos.
Aquí en Europa, Italia se encontraba bajo un severo toque de queda, al igual que Francia, donde el Gobierno había desplegado 100.000 policías para que todo el mundo se quedase en su casa a partir de las ocho de la noche.
Jean Michel Jarre fue uno de los múltiples artistas que se implicaron en iniciativas de conciertos adaptados a la pandemia, retrasmitidos sin público y en su caso con el escenario digitalizado de la Catedral de Notre Dame
Alemania está cumpliendo una cuarentena hasta el 10 de enero. El gobierno ha prohibido la venta de fuegos artificiales y ha impuesto estrictas restricciones al número de personas que pueden reunirse en público.
En España, en la tradicional Puerta del Sol de Madrid, vacía esta vez, sólo estaba la policía y las figuras televisivas que retrasmiten las tradicionales campanadas para dar paso al año nuevo con cada español comiendo las doce uvas de la suerte.
Muy parecido al ambiente desolador que presentaba otra plaza al otro lado del Atlántico característica de fin de año, Times Square en Nueva York con Jennifer López actuando sin público.
En China se mantuvieron algunas celebraciones, sobre todo en Wuhan, donde hace un año saltaban los primeros casos de la covid-19 sin que el mundo imaginase la que se venía encima. Japón, en cambio, había decidido cancelar su mayor tradición: el saludo desde el balcón del Palacio Imperial de la familia real.
En definitiva, 2021 llegó si acaso con la única alegría de despedir al funesto año coronavirus.
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